La negativa del Rey Mohamed VI a recibir a Sánchez y despacharlo con una llamada telefónica es la enésima humillación que encaja Sánchez por parte de Marruecos. La trayectoria de sus relaciones con el país es bien conocida. Empezó no haciendo a Rabat el primer viaje presidencial y tratando de meter en secreto en España al líder del Frente Polisario. Para acabar dando un bandazo de 180 grados a nuestra política exterior respecto al Sáhara Occidental… que todavía no nos ha aclarado. Fruto de eso, ha sido incapaz de mantener el Tratado de Amistad con Argelia, que sin embargo ya ha conseguido firmar acuerdos con dos primeros ministros de Italia. Ha acabado votando en la Eurocámara en contra de la libertad de expresión sin explicación. Y estos días va a Marruecos con la mitad de su Gobierno, sin Podemos e Izquierda Unida, que se han dedicado a boicotear la visita. Ahora cabe preguntarse ¿Es Sánchez un presidente libre ante un país que le ningunea constantemente?¿Por qué Sánchez tolera todos estos desplantes ¿Cuál será la siguiente humillación a la que se verá sometido? ¿Tendrá que ver todo esto con el espionaje y robo de la información del teléfono de Sánchez en 2021 por parte de los servicios secretos de un país próximo, de lo que está pasando con el soborno de europarlamentarios socialistas en el parlamento europeo o quizá, con los atentados del 11M?
En el Senado, Sánchez demostró que cada vez más su realidad se parece menos a la realidad que conocen y sufren los españoles. Llegó a presidente prometiendo luchar contra la corrupción y en la realidad, ha sido el único presidente en abaratarla. En su realidad, llegó a presidente para liderar un Gobierno feminista y en la realidad, ha perpetrado el mayor ataque a la seguridad de las mujeres de la España democrática. En su realidad, llegó a presidente para combatir el radicalismo y el independentismo y en la realidad, ha asumido todos sus postulados,-indultos, supresión sedición y rebaja de la malversación-, hasta ser el presidente soñado por todos ellos.
Sánchez aprobó la Ley “solo sí es sí” a sabiendas de que era perjudicial para las mujeres, para mantener la coalición de Gobierno. Hay que recordar que todo el Gobierno en pleno, con Sánchez a la cabeza, aprobó y defendió la chapuza de la Ley “solo sí es sí”, cuya entrada en vigor ha puesto en la calle o rebajado la pena a más de 300 delincuentes sexuales. Los expertos y el PP ya lo advirtieron y se han hartado de hacerlo después de su entrada en vigor, pero la soberbia del Gobierno le ha llevado a negarse y culpar a todo el mundo de la chapuza. Y no sólo eso, es que se llegaron a reír de la rebaja de penas y a humillar a las víctimas. En cualquier Gobierno europeo no sólo habría dimitido o sido cesado ya el responsable de la reforma, habría dimitido el Gobierno en bloque.
El presidente Feijóo ofreció la colaboración del Partido Popular para acometer una modificación de urgencia de la Ley. Si Sánchez no puede contar con su socio de Gobierno, el Partido Popular estará a la altura, demostrando el rigor que no hay en el Consejo de Ministros, el sentido de Estado que no tienen los socios parlamentarios de Sánchez y la sensibilidad que el Gobierno no tiene con las mujeres.
