El pleno del Congreso volvió a rechazar ayer la investidura de Pedro Sánchez como presidente del Gobierno ya que solo consiguió 124 votos a favor frente a 155 en contra y 67 abstenciones.
La abstención de Unidas Podemos, 42 escaños, fue clave para que Sánchez haya fallado en la investidura por segunda vez tras el intento frustrado de 2016.
El candidato socialista, de hecho, sólo logró el apoyo del Partido Regionalista Cántabro (PRC), que tiene un único diputado.
Solo ERC modificó su voto, tras el primer intento del martes pasado en el que votó ‘no’, y ayer se decantó por la abstención con la finalidad, dijo su portavoz parlamentario, Gabriel Rufián, de impulsar un “gobierno progresista”.
Tal y como explicó la presidenta de la Cámara, Meritxell Batet, comunicará al Rey que el candidato no ha logrado la investidura y por ello, se activará un plazo de dos meses para que se produzcan nuevos intentos.
Si ningún candidato vuelve a intentarlo en los dos meses que empezaron a contarse desde el pasado día 23, se convocarán elecciones y tendrán lugar el 10 de noviembre.
El Rey efectuaría una nueva ronda de consultas en el caso de que un candidato tenga opciones de recabar los apoyos suficientes o ya los tenga garantizados.
A tenor de lo dicho por los representantes políticos durante estos días de investidura, ningún partido contempla entre sus prioridades la repetición de los comicios.
Sin embargo, es una opción plausible porque en el PSOE han destacado que Sánchez dejó ayer de ser candidato, así que eludieron avanzar qué hará en próximas fechas, en concreto llegado septiembre.
Mano tendida
Unidas Podemos, a través de su portavoz adjunta, Ione Belarra, destacó que en su formación no renuncian a intentar una nueva negociación.
Es lo que desean otros partidos como el PNV y Compromís, si bien el portavoz de ERC, Gabriel Rufián, dejó claro que en septiembre la situación será más complicada por la cercanía de la sentencia del juicio del ‘procés’.
Durante su discurso, el candidato a la investidura arremetió contra el líder de Unidas Podemos por rechazar la oferta que le ha hecho el PSOE para el Gobierno de la coalición e impedir de esta forma su elección como presidente del Gobierno.
Nada más comenzar su última intervención, Sánchez constató el fracaso de su investidura al lamentar que se desvanezca la “histórica oportunidad” de un Gobierno de coalición con Unidas Podemos.
Y le reprochó a Iglesias que vaya a impedir su investidura como hizo en 2016.
Asimismo, criticó a Iglesias por el rechazo a las ofertas consecutivas que le han hecho los socialistas en los últimos días para conseguir el acuerdo. Y en concreto le afeó que considere “una humillación” la última de las propuestas, que incluía una vicepresidencia y tres ministerios de “hondo alcance social”.
Sánchez defendió que su obligación es conformar un Gobierno “coherente y cohesionado y no dos gobiernos en uno” como pretende Unidas Podemos.
“Si tengo que formar un gobierno a sabiendas de que no será útil a mi país, entonces está en lo cierto. No seré presidente ahora” dijo Sánchez a Iglesias, quien desde su escaño no paraba de mover la cabeza en gesto de negación.
Propuesta in extremis
De su lado, Iglesias lanzó una propuesta in extremis desde la tribuna del Congreso a Sánchez, al que ofreció “salvar la investidura” si le cede competencias en políticas activas de empleo.
En su intervención, el dirigente de Podemos reveló que un alto cargo del PSOE que representa “mucha autoridad” en el partido le sugirió que le pida a Sánchez las competencias en políticas activas de empleo y que, a cambio, renuncie a exigir el Ministerio de Trabajo.
“Si usted no acepta, nuestra propuesta le vuelvo a tender la mano: no vuelva a llevar a los españoles a elecciones y negocie con nosotros desde el respeto”, aseguró Pablo Iglesias.
Así, le recordó a Sánchez que es presidente porque Podemos se creyó la moción de censura y apoyó al PSOE “con el peor resultado electoral”. “Les apoyamos a cambio de nada… Mereceríamos por eso, en sus palabras y en su tono, respeto”, sentenció.
