San Rafael rendirá homenaje este domingo 6 de mayo a su primer sereno, Juan Rodríguez Muñoz, con el descubrimiento de una placa que señala el lugar donde residió en San Rafael. El Ayuntamiento de El Espinar, dentro del procedimiento de honores y distinciones municipales ha acordado cambiar el nombre de la calle Tejedor por Sereno Juan Rodríguez Muñoz, resaltando y reconociendo así la labor de su primer sereno.
Juan Rodríguez Muñoz fue el primer sereno de San Rafael, con una función únicamente de seguridad nocturna. Después de ser herido en acto de servicio por un cañón y servir en África durante los preparativos del desembarco de Alhucemas, solicitó el puesto de sereno en julio de 1930, siéndole concedido por la Junta Calificadora de Aspirantes a destinos Públicos, el 27 de octubre del mismo año. El 5 de noviembre de 1930 recibió el nombramiento de sereno municipal, con un sueldo anual de 1.460 pesetas. Le fue notificado el nombramiento en Puebla de Pedraza, lugar de residencia de su futura esposa Paula Polo Pastor. El 15 de noviembre de 1930 tomó posesión de su cargo como sereno municipal, comenzando a prestar servicio al día siguiente. Durante su servicio y hasta su fallecimiento en 1990 residió junto con su familia en la calle Tejedor 4 de San Rafael, que ahora pasará a tener su nombre.
El 12 de mayo de 1967 la Comisión Permanente del Ayuntamiento de El Espinar, a solicitud de Juan Rodríguez, acordó su jubilación por haber cumplido la edad reglamentaria. El acuerdo hace una mención expresa reconociendo que: “Durante su tiempo de servicio ha cumplido bien y fielmente con sus obligaciones, otorgándosele en consecuencia un voto de gracias por su conducta”. Juan Rodríguez Muñoz prestó servicio como sereno municipal en San Rafael durante 36 años y 7 meses. A ello hay que añadir que la realización de los servicios nocturnos en solitario hacía peligroso su trabajo, máxime en una época (final de la dictadura de Primo de Rivera, “dictablanda” del General Berenguer, II República, Guerra Civil y postguerra) especiamente convulsa y conflictiva de la historia de España, en la que San Rafael era cruce de caminos y consecuentemente lugar de paso de problemas. Fueron tiempos muy duros en los que Juan Rodríguez desempeñó su trabajo como sereno de San Rafael.