Entre la multitud de actividades que se encuentran dentro del programa de las fiestas del barrio de San Lorenzo ayer se celebró la tradicional judiada que atrajo a los vecinos de la zona.
La popular comida tuvo lugar en la Alamedilla Mariano Contreras y contó con la asistencia de más de 1.000 personas, las cuales vieron en la judiada una oportunidad perfecta para reunirse con familiares y amigos y disfrutar de una contundente comilona.
Cinco cocineros fueron los encargados de hacer los 140 kilos de judiones de Segovia. Para conseguir ese sabor especial que hizo a los asistentes repetir, se utilizaron 70 kilos de oreja y pies, 40 kilos de chorizo y otros 40 de morcilla. A parte de eso, cocinaron un aliño con cebolla, pimientos, ajos y pimentón, entre otros ingredientes, que dio ese toque sabroso a la receta.
Para guisar los judiones utilizaron tres grandes cazuelas que alojaron un total de 1.300 raciones para repartir entre la gente de las peñas, vecinos del barrio y segovianos que no se quisieron perder el evento, y mereció la pena, pues no sobró ni un judión.
Aunque la organización se llevó a cabo en la Alamedilla, fueron pocos los que se quedaron allí a comer, ya que, como de costumbre, las peñas comieron juntas en los locales que están repartidos por todo el barrio.
Tras la fiesta gastronómica, y para reposar el contundente sustento, se llevaron a cabo tradicionales juegos de mesa, evitando, en muchos casos, que el sueño apareciese y diese pie a una buena siesta.
Si alguno se sintió culpable por la gran ingesta de judiones, la mejor solución fue la milla urbana que recorrió las calles del barrio. Aunque las carreras delante de los toros en el segundo encierro nocturno también eran una opción para perder esas calorías ganadas no sólo por los judiones.
Pese a que la judiada dejó el listón muy alto, hoy será la paella la protagonista de la comida.
