Si de la iglesia románica de San Quirce podemos saber y conocer en buena parte, se lo debemos a los pioneros segovianos de la Universidad Popular (1927), gentes de cultura, conocimiento y saber, que ‘arrostrando’ las dificultades que entorpecían su idea de adquirir una iglesia sin servicio religioso y a punto de desaparecer desde 1824, pidieron créditos, los pagaron y, corriendo los tiempos, les digo —por más que lo sepan—”, que se convirtió en la hoy Academia de Historia y Arte de San Quirce. El lugar de referencia cultural más importante de la Ciudad.
Hecha la referencia voy a lo concreto de estas líneas. Es lugar está situado, en la calle Capuchinos. Para cerciorarme bien y no confundir a quien leyere, he seguido, entre otros, lo que dejó escrito sobre el tema Doña Manuela Villalpando Martínez, única mujer que ha dirigido la Academia, con cuya referencia, sin la menor duda, siempre se acierta.
Sepan que San Quirce, también Quirico o Quilez (1) fue, al parecer, un santo varón del siglo IV, martirizado en la época del emperador Diocleciano, cuya fiesta católica se celebra el 16 de junio, junto con la de su madre, Santa Julieta. Dado que son historias de más allá de antaño, ‘corto’ la biografía para no confundir al personal.
El referido templo en Segovia (2) es de los más antiguos de la ciudad. Cabello Dorero, ‘nuestro’ arquitecto, la sitúa en la antigüedad de La Trinidad. Ambas del siglo XII. Más concreción. El primer documento en el que aparece la iglesia de San Quirce, 1161, se encuentra en el archivo de La Catedral, ligado al obispo Guillermo, que llegó a la diócesis —al parecer—, el 9 de abril de 1158, sin que se sepa fecha concreta de su marcha. Fue en ese año, por más señas, cuando el Rey Sancho III donó al obispo la propiedad de la Villa de Navares de las Cuevas (3).
La iglesia de referencia estuvo abierta al culto (4), entre 1482 y 1824 (¿). Dejando constancia de que la ciudad llegó a tener entre 30 parroquias que, dada su merma de población, se comenzaron a dejar ‘vacías de culto’ algunas de ellas. San Quirce, por ejemplo, pasó a depender de San Esteban.
La iglesia, debido a su abandono y pese a los deseos de la desamortización por (mal) venderla, continuó en su deterioro. A los efectos de mejor conocer la situación, transcribo lo escrito sobre el lugar por José María Quadrado en 1884: ‘su capilla mayor se encuentra hoy profanadamente convertida en pajar’ (5).
Tres décadas después fue Carlos de Lecea quien dejaba constancia de la anomalía: ‘la Iglesia de San Quirce… no es más que un mísero almacén de paja a cargo de las factorías militares de esta plaza’.
Intrahistoria
En octubre del año 1863 se publicaba en el Boletín Oficial de Bienes Nacionales la subasta de este antiguo templo: “edificio que fue iglesia de San Quirce, con una casa unida y que comunica con la misma, que lleva en renta D. Pedro Álvarez, inquilino en la iglesia, en ochenta reales anuales”. Si bien el tipo de subasta se fija en 5.400 reales. A la posterior convocatoria se presenta el referido, que ofreció 8.110 reales. Otro pujante, Martín Hernán Gómez, subió hasta 9.000. Por diez más, 9.010, se quedó con el edificio eclesial Álvarez a finales de 1863.
Se habían consumido 64 años de lo descrito. En 1926 (¿) pertenecía a Petra Molina, viuda de Federico Larios, que la tenía arrendada a la Administración Militar. Es en este momento cuando Mariano Quintanilla, miembro activo del germen de la Univ. Popular, buscando local de ubicación definitiva comienza a negociar. La ‘cosa de la negociación acabó bien.
Corolario: Al cambio actual, por un real de plata de entonces se pagarían alrededor de 2 euros. Deducción: el Estado vendió en subasta la iglesia y la casa adosada en 18.020 (redondos) euros. Los miembros de la Univ. Popular Segoviana adquirieron el ‘inmueble’ pagando 7.000 pesetas (alrededor de 43 euros actuales), año 1927, y se gastaron 40.000 pesetas más en arreglos y mobiliario (241 euros).
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(1) San Quilez. Localidad segoviana situada a menos de un km. de Sequera de Fresno. Desapareció en 1714 (¿). ‘Segovia y sus mil pueblos’, Martín Mesa. 2020.
(2) Diego de Colmenares ‘Historia de la Insigne ciudad de Segovia…’
(3) Amador de los Ríos escribe que ‘sus curas se nombraban abates’ (‘Iglesias de Segovia. Instituto Diego de Colmenares 1958’.
(4) ‘Recuerdos y Bellezas de España’ -1848-1865-.
(5) ‘Vida tradicional, que sirve de fondo permanente a la historia cambiante y visible’. Frase atribuida a M. de Unamuno.
