Cuando hablamos de entrenamiento deportivo nos solemos referir a la preparación física, técnica y táctica, pero nada conseguiremos si no tenemos una buena salud mental. Con los testimonios de los últimos tiempos de Simone Biles, Michael Phelps o Naomi Osaka se pone de manifiesto que este aspecto se debe cuidar a lo largo de la vida deportiva y trabajarlo como se hace con otros aspectos del entrenamiento.
La faceta psicológica complementa a la física, técnica y táctica en la visión global del rendimiento deportivo. A pesar de esto, no se da a este aspecto la importancia que se merece y la figura del psicólogo, aunque va a apareciendo en el organigrama de los equipos, aún está lejos del papel que puede tener un fisioterapeuta, por ejemplo.
La faceta psicológica complementa a la física, técnica y táctica en la visión global del rendimiento deportivo
Esta figura debería ser esencial ya que, si los deportistas son capaces de regular las emociones negativas, de tener siempre alta su autoestima y autoconfianza, si las relaciones entre el entrenador y los deportistas fueran siempre buenas, si se aprende a mantener la concentración mientras realizamos una actividad deportiva, probablemente los resultados mejoren.
Es importante que los deportistas sepan gestionar los triunfos y también los fracasos, porque ambos son inherentes a la actividad deportiva. La salud mental continúa siendo un tema tabú y se debería normalizar hablar de este aspecto en el deporte porque, de este modo, quizá los deportistas hablarían con más libertad y se podrían tratar sus problemas de forma preventiva y así prestarles atención antes que las dificultades les impidan continuar con su actividad.
