En domingo, por la tarde, y tras su reunión con Barack Obama. Fuentes próximas al presidente del Ejecutivo, José Luis Rodríguez Zapatero, aprovecharon ayer el buen efecto de su cita con el mandatario estadounidense para revelar los detalles de una crisis de gobierno que se venía rumiando desde hace ya semanas, a la vista de la virulencia de la recesión y de la incapacidad del actual equipo para capear el temporal financiero y transmitir confianza a la sociedad. Como era previsible, los damnificados por la remodelación, que se podría hacer oficial mañana o el miércoles, son, salvo sorpresa de último momento, el hasta ahora vicepresidente segundo y ministro de Economía, Pedro Solbes -que desde el comienzo de la legislatura había dado síntomas de agotamiento-, y la responsable de Fomento, Magdalena Álvarez, que cederían sus carteras, respectivamente, a Elena Salgado, actualmente al frente de Administraciones Públicas, y José Blanco, que podría mantener también su puesto como vicesecretario general del Partido Socialista. Se incorporaría al Gabinete el barón andaluz Manuel Chaves, que dejaría la jefatura de la Junta en manos de José Antonio Griñán, quien fuera ministro con Felipe González.
De esta manera, apenas un año después de que el PSOE ganara las últimas elecciones generales, las presiones provocadas por la pésima situación económica han precipitado unos cambios que pretenden dar nuevo impulso al Gabinete, en un momento en que Zapatero se ve acorralado por la destrucción de empleo, un asunto central al que se han sumado en las últimas semanas varios desaciertos en política exterior.
La intención al configurar este equipo, que incluye pesos pesados del Gobierno, del poder regional socialista y del partido, es trasladar a la opinión pública los proyectos en marcha para salir de la crisis y mejorar la comunicación con los ciudadanos, un aspecto en el que ha fallado con frecuencia el actual Ejecutivo.
Elena Salgado, titular de Administraciones Públicas, se perfila como la gran apuesta de Zapatero, que la designará, según las informaciones difundidas, como vicepresidenta económica, en sustitución de Pedro Solbes, sin duda el ministro que más desgaste ha sufrido en estos últimos meses.
Además, el presidente de la Junta de Andalucía, Manuel Chaves, ha aceptado encargarse, desde una vicepresidencia de nueva creación, de las relaciones con las comunidades autónomas. El actual número dos del PSOE, José Blanco, es otro de los fichajes, en este caso para ponerse al frente de Fomento, un puesto en el que Magdalena Álvarez ha sido muy criticada.
Zapatero ha remodelado en varias ocasiones la cúpula del Ejecutivo desde que fue elegido presidente por primera vez en las elecciones generales del 14 de marzo de 2004. En abril de 2006 José Bono renunció como ministro de Defensa, siendo relevado por José Antonio Alonso, hasta entonces responsable de Interior. La marcha del manchego obligó entonces al jefe del Gobierno a variar su equipo. Alfredo Pérez Rubalcaba sustituyó a Alonso en Interior y Mercedes Cabrera Calvo-Sotelo relevó a María Jesús San Segundo como ministra de Educación.
Juan Fernando López Aguilar dejó la cartera de Justicia en febrero de 2007, cuando pasó a ser candidato a la Presidencia de Canarias. Fue reemplazado por Mariano Fernández Bermejo, quien, a su vez, presentó su dimisión por el escándalo de su cacería en Jaén con el juez Baltasar Garzón, coincidiendo con la instrucción del caso Gürtel, que acusa de corrupción a varios miembros del PP.
Zapatero designó en su lugar a Francisco Caamaño, secretario de Estado de Asuntos Constitucionales y Parlamentarios en el Ministerio de la Presidencia.
El líder socialista también hizo cambios al comenzar su segunda legislatura. Cristina Garmendia (Ministerio de Innovación), Miguel Sebastián (Industria), Celestino Corbacho (Trabajo), Bibiana Aído (Igualdad) y Beatriz Corredor (Vivienda) fueron las nuevas incorporaciones al Gabinete.
