El juez de la Audiencia Nacional Pablo Ruz decretó prisión incondicional para los dos presuntos integrantes de una célula yihadista que fueron detenidos el pasado martes en la barriada del Príncipe de Ceuta por delitos de integración y tenencia ilícita de armas, según fuentes jurídicas.
El magistrado tomó esta decisión tras haber interrogado a los dos detenidos, que fueron trasladados a primera hora de ayer hasta la Audiencia Nacional en un amplio despliegue policial y que, según el Ministerio del Interior, estaban listos para atentar y tenían perfiles similares al de los terroristas que perpetraron los atentados de París el pasado enero.
Uno de ellos estaba en busca y captura desde mayo de 2014 por una condena a 5 años y medio de cárcel que le impuso la Audiencia Provincial de Cádiz, con sede en Ceuta, por delitos de lesiones y tenencia ilícita de armas. La causa instruida en al Audiencia Nacional permanece secreta.
La Policía Nacional detuvo a estos dos españoles, de origen marroquí, por formar parte presuntamente de la célula desarticulada el pasado 24 de enero en la operación bautizada como ‘Chacal’, en la que fueron detenidos otros cuatro yihadistas, pertenecientes a dos parejas de hermanos.
Según Interior, esta célula desarticulada se diferenciaba de otras en que no responde a los patrones habituales de redes de radicalización, reclutamiento y envío de activistas a lugares de conflicto, sino que era un grupo “plenamente operativo e integrado por individuos ya radicalizados y concienciados en la posible ejecución de atentados” tanto en España como en otros países.
Peligro en potencia
Es más, afirma que estos dos detenidos, igual que los cuatro arrestados en enero, “actuaban siguiendo las directrices impartidas por el líder” de DAESH (o Estado Islámico) “a través de una poderosa y agresiva campaña de comunicación y difusión mediática en las redes sociales y páginas de Internet”.
Los detenidos tenían perfiles similares a los que atentaron contra el semanario francés ‘Charlie Hebdo’ y contra un supermercado judío de París el pasado enero, “lo que evidencia su alto nivel de radicalización y potencial peligrosidad”, según el ministerio.
