Rusia y Estados Unidos constataron ayer progresos en la elaboración de un nuevo pacto de desarme, acordaron trabajar juntos en el desarrollo del escudo antimisiles y coincidieron en que el problema nuclear de Irán todavía tiene solución diplomática.
«Hemos hecho un avance significativo», adelantó el jefe de la diplomacia rusa, Serguéi Lavrov, sobre la elaboración de un nuevo Tratado de Reducción de Armas Estratégicas bilateral, START, en sustitución del que expira en diciembre próximo.
Al comparecer ante la prensa junto a la secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, Lavrov admitió que, aunque todavía queda por hacer mucho trabajo, el tratado debe estar listo en los plazos fijados por los presidentes de ambos países.
En julio pasado, los dirigentes estadounidense, Barack Obama, y ruso, Dimitri Medvédev, acordaron que el nuevo tratado fijaría entre 1.500 y 1.675 el nivel máximo de ojivas y de 500 a 1.000 el de portadores que podrá tener cada país.
Según medios moscovitas, la disensión radica precisamente en el número de portadores, ya que Washington no está dispuesto a reducirlos hasta los 500, como desea el Kremlin.
A su vez, Clinton confirmó el deseo de su país de desarrollar su polémico escudo antimisiles en estrecha colaboración con Rusia y la OTAN, y para ello estudiar conjuntamente las amenazas y crear un centro de intercambio de datos. «Queremos que Rusia y Estados Unidos colaboren estrechamente», comentó.
La jefe de la diplomacia norteamericana añadió que esta cooperación debe incluir «la valoración conjunta de amenazas y la creación de un centro de intercambio de datos, para convertir la defensa antimisiles en una tarea común». Lavrov, por su parte, expresó el interés de Moscú por conocer «más detalladamente» en qué consisten los planes de Washington en el ámbito de la defensa antimisiles, y qué se prevé en concreto».
Según medios norteamericanos, EEUU propone crear un sistema único que integre radares emplazados en Rusia y en otros países de la comunidad pos-soviética, pero el Kremlin ve con malos ojos la posibilidad de que esta cooperación incluya a Ucrania y Georgia.
«Cuanto antes conozcamos la esencia de los nuevos planes, tanto antes comprenderemos si podremos desarrollar conjuntamente un proyecto que no solo una a EEUU y Rusia, sino también a los países europeos, y que garantice el trabajo colectivo en el análisis de las amenazas», indicó Lavrov.
La posibilidad de cooperación entre ambos Gobiernos en defensa antimisiles quedó abierta tras la decisión de Barack Obama el pasado septiembre de renunciar al despliegue de elementos del escudo en Europa del Este, plan visto por Rusia como una amenaza a su seguridad.
Al igual que el anterior sistema, el nuevo estará destinado a neutralizar posibles lanzamientos de proyectiles por parte de Irán, pero apenas tendrá elementos terrestres, por lo que será más flexible y más barato.
En otro orden de temas, Clinton y Lavrov declararon que no tuvieron discrepancias sobre Irán, pues ambos países coinciden en que el problema del programa nuclear de Teherán aún puede ser resuelto «por la vía diplomática», sin recurrir a sanciones.
Clinton subrayó que «Teherán tiene derecho a desarrollar energía nuclear pacífica, pero no a las armas atómicas. Y en esto Rusia está de acuerdo con Estados Unidos», aunque Lavrov manifestó que «los castigos y las amenazas de presión son contraproducentes» para un país, mientras sea posible resolver los problemas mediante negociaciones.
