El viceministro de Asuntos Exteriores ruso, Sergei Riabkov, aseguró ayer que su Gobierno dará una respuesta “severa” a la decisión de Estados Unidos de expulsar a 60 funcionarios y diplomáticos rusos como represalia por el ataque dejó heridos en estado crítico al exespía ruso Sergei Skripal y su hija Yulia el 4 de marzo en la ciudad británica de Salisbury.
“Estamos abiertos para un trabajo constructivo, vamos a continuarlo, pero la decisión de ayer de las autoridades estadounidenses sobre nuestras representaciones diplomáticas no se quedará sin medidas de respuesta severas”, ha afirmado Riabkov, según informaron desde la agencia de noticias rusa Sputnik.
El viceministro de Exteriores ruso afirmó que Rusia no renuncia al diálogo con Estados Unidos en materia de estabilidad estratégica tras esta decisión. “Este dialogo es necesario. De su necesidad hablaron los presidentes de nuestros países en una conversación telefónica celebrada recientemente”, señaló, para después subrayar la apuesta de Rusia por mantener y “continuar” el diálogo con Estados Unidos.
Acusaciones
Según Riabkov, lo que Moscú oye “de los cargos oficiales estadounidenses, incluido de Washington, sobre las conocidas decisiones de ayer (…) no encaja de ningún modo con el entendimiento logrado en el máximo nivel”.
“Vuelven a surgir las acusaciones mentirosas contra nosotros, que son intentos de tergiversar nuestra postura. Estados Unidos se muestra como un jugador irresponsable, en el sentido literal y figurado, un jugador que apuesta sin pensar en las consecuencias”, ha asegurado Riabkov.
El ‘número dos’ del departamento que dirige Sergei Lavrov ha manifestado su confianza en que “tarde o temprano” se impondrá “el juicio sano” que Estados Unidos “preserva en las relaciones con Rusia” o, por lo menos, defienden “algunas personalidades estadounidenses responsables”.
Este lunes, 16 países de la Unión Europea, Estados Unidos, Canadá, Albania, Noruega, Macedonia y Australia anunciaron la expulsión de diplomáticos rusos en represalia por el ataque en suelo británico contra el exespía ruso Sergei Skripal.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha ordenado la expulsión de 60 funcionarios de Rusia y el cierre del Consulado ruso en la ciudad de Seattle.
El 4 de marzo, el exespía ruso Sergei Skripal y su hija Yulia aparecieron inconscientes en un banco cerca de un centro comercial de Salisbury tras haber quedado expuestos a un gas nervioso que, según las autoridades británicas, es un agente químico de fabricación militar rusa.
El Gobierno británico ha culpado al Ejecutivo de Rusia de estar detrás de este ataque y ha pedido a la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ) que investigue lo sucedido. El Gobierno ruso ha negado que tenga vinculación con el ataque contra los Skripal.
Skripal fue condenado a prisión en Rusia por vender información de Inteligencia a otros países cuando trabajaba como espía en las Fuerzas Armadas pero, posteriormente, se benefició de un canje de agentes con Estados Unidos y acabó viviendo como refugiado en Reino Unido.
Apoyo internacional
La primera ministra de Reino Unido, Theresa May, plaudió ante sus ministros el apoyo internacional recibido tras el “imprudente acto de agresión” de Rusia, en relación al ataque con gas nervioso contra el exespía Sergei Skripal y su hija, y ha advertido de que todavía se pueden tomar más medidas.
“Aún queda trabajo por hacer con los socios internacionales para adoptar una respuesta a largo plazo al desafío que representa Rusia”, ha asegurado el portavoz de May, que ha informado ante los medios de las palabras pronunciadas por la ‘premier’ ante su gabinete.
La jefa del Gobierno británico ha sostenido que los países que han tomado medidas como la expulsión de diplomáticos no solo lo han hecho como gesto de respaldo simbólico a Londres, sino también porque son conscientes de la amenaza que representa Moscú.
La mayoría de países de la UE, Estados Unidos, Canadá y Australia se han sumado a una ola de expulsiones que afectan, en total, a más de cien diplomáticos rusos. La medida más drástica fue adoptada por las autoridades estadounidenses, que ordenaron el lunes la salida de 60 personas.
