El gusto está determinado por la impresión que el sabor marca a través de un alimento u otra sustancia detectado en la boca principalmente en la lengua.
Aun estando dotado de una extraordinaria complejidad de sensaciones, puede sentirse acomplejado por el reducido registro de impactos sápidos y estímulos.
La vida del sabor da un giro de 180 grados cuando empieza a descubrir y experimentar nuevos registros propiciados por la gran evolución de nuestra cocina.
Una cocina de profundas raíces en gran parte influenciada por la mezcla de culturas pasadas y con una gran diversidad, a su vez blindada por los mejores embajadores del sabor como son los cocineros y cocineras con ambiciosos objetivos de llegar al nivel más alto donde se propongan.
Deslumbrada por la fusión y por la posibilidad de conseguir sus sueños, es inmersa en un ambiente de cocinas confusas, cosmopolitas, baos y la delincuencia del kimchee, terminando en una confrontación del gusto.
Registros, experiencias y emociones hacen todo lo posible por diferenciar cada cocina del mundo, pero lo único que consiguen es un enfrentamiento total, a resultas del cual la cocina rompe con sus raíces.
Como si de una historia de amor se tratara, pasa de la cocina regional casera basada en el sofrito a cumplir su sueño de descubrir la fusión de culturas. Cuando el gusto cree haber alcanzado sus objetivos, una redada especial contra la delincuencia del buen gusto dirigida e interesada por cronistas variopintos, termina con la huida del sabor y deja nuestra cocina sola y sin recursos. Manipulada por eunucos, se ve obligada a dar los primeros pasos en cocinas de alto standing… A partir de ese punto de inflexión, el sabor girará en torno a una cadena de sospechosas influencias y copias diversas para determinar su rumbo: las que fomentadas por los oscuros personajes de ese nuevo mundo la dirigen a la parte más pronunciada de la técnica al servicio del sabor, que la animan a retornar a la cocina honrada en libertad que ha dejado atrás para conseguir su sueño.
Inspirado en el guion de una famosa serie, y de manera metafórica quiero transmitir que el gusto evoluciona, es subjetivo y tiene que ver con las experiencias y la relación de los registros que uno acumula en la que existe una educación derivada del cultivo del sabor.
En futuros artículos, también compartiré experiencias y viajes de culturas como la asiática, en la que las texturas pueden tener la misma importancia que el sabor.
Desafortunadamente, para consuelo de muchos, el mal gusto nunca será un delito.
