Rosa María de Andrés, la mujer desaparecida en septiembre en La Higuera y cuyo cuerpo sin vida apareció en un paraje de Lastras del Pozo en los primeros días de noviembre, será enterrada mañana sábado en Abades, su localidad natal, aunque residía en La Higuera. El caso se está investigando y mantiene en prisión a tres personas y a otras tres más imputadas.
Los restos mortales han estado en este tiempo a disposición judicial para ser sometidos a análisis con el fin de esclarecer lo ocurrido. Una vez realizadas las pruebas sobre las muestras tomadas, el Juzgado número 3 de Segovia, que instruye el caso, ha accedido a lo solicitado por la familia en el sentido de entregarle los restos mortales con el fin de poder darlos «definitivo descanso».
Por otro lado, la próxima semana se tomará declaración a varios de los imputados en el caso con el fin de esclarecer algunos detalles sobre lo ocurrido.
De este modo prosiguen las investigaciones en torno a la desaparición de Rosa María de Andrés desde el pasado mes de septiembre, en que su familia denunció su ausencia.
Curiosamente, tras las investigaciones realizadas por la Guardia Civil, se comprobó que su vehículo, un Fiat Punto de color rojo, fue transferido con fecha 10 de septiembre a un hombre, y tres días después, a un tercero. Este hecho permitió abrir una línea de trabajo que se unió a la aparición, dos meses más tarde, en noviembre, de restos de un cadáver en el término de Lastras del Pozo.
Los análisis de ADN permitieron confirmar que los restos hallados por un pastor pertenecían Rosa María de Andrés, quien habría cumplido la próxima semana 49 años.
El funeral tendrá lugar a las cinco de la tarde en la Parroquia de Abades, donde oficiará el titular, Pablo González Caro, aunque posiblemente esté acompañado por algún otro sacerdote del municipio. Los vecinos de Abades han dado numeroosas muestras de cariño hacia Rosa María y su familia. Pues aunque vivía en La Higuera, era de Abades, donde la mujer pasaba a menudo para visitar a sus padres, y donde permaneció con ellos en las últimas fiestas patronales.
Tanto el Ayuntamiento de Espirdo, al que pertenece La Higuera, donde residía, como el de Abades, convocaron sendos actos en diciembre para condenar la muerte presuntamente a manos de sus propios vecinos, tres de los cuales permanecen en prisión acusados de homicidio doloso, robo de vehículo, robo con fuerza y falsificación de documentos públicos. Otras tres personas fueron detenidas por su supuesta vinculación al caso, que continúa abierto. Además se declararon días de luto en memoria de Rosa, que, según los vecinos que la conocían, era una mujer ordenada y valorada por sus compañeros. Aunque en el momento en que se produjeron los hechos estaba en el paro, acudía a un centro de formación situado en El Espinar. La última vez que participó en las clases fue el 6 de septiembre. Al día siguiente ya no acudió con sus compañeros a la villa espinariega.
