La selección española cayó ante Argentina en un choque celebrado en el estadio Monumental de Buenos Aires, en el que pagó excesivamente caros sus despistes en los primeros 15 minutos, y no pudo estrenar con victoria su condición de flamante premio Príncipe de Asturias de los Deportes.
Diego Maradona impuso la frase «para Argentina no hay partidos amistosos», y a dos meses de su salida como seleccionador los jugadores mantienen esa postura que afianza a Sergio Batista en un cargo que hasta ayer parecía no tener asegurado.
El equipo de Del Bosque, que salió de inicio con los menos habituales, nunca renunció a su estilo y encajó un duro correctivo, que no refleja lo visto sobre el césped. El fulgurante comienzo de la albiceleste fue más que suficiente para tumbar a la flamante campeona del mundo, que maquilló su actuación en la segunda mitad.
Con Xavi Hernández sobre el campo llueve menos. El de Terrasa imprimió fluidez en la circulación del balón nacional y la electricidad de Navas y Pedro por los costados cambió el decorado. España recortó distancias por mediación de Fernando Llorente, que minimizó la goleada local.
Y es que merced al gran inicio de los hombres de Sergio Batista, la ‘roja’ recibió un severo castigo. Los despistes iniciales permitieron a los bicampeones del mundo ponerse muy pronto por delante. El primero lo marcó Messi, tan denostado por su afición, aprovechó un excelente pase de Tévez para picar por encima de Pepe Reina.
Corría el minuto 10 y Argentina ya mandaba en el electrónico. Solo 180 segundos después el madridista Higuaín hizo el segundo y dejaba incapacitada a la campeona en Sudáfrica. El ‘9’ del Real Madrid quebró con maestría al meta del Liverpool y sentenciaba un partido que solo tenía un color, el albiceleste.
A partir de ese momento, España comenzó a hacer mejor fútbol y Villa estrelló en dos ocasiones el balón en la madera. El ariete culé fue de los más incisivos, buscando además batir el récord de máximo anotador de la historia de la selección, que mantedrá Raúl, al menos hasta octubre.
Antes de alcanzar el segundo acto, el combinado nacional encajó el tercero y quedó perplejo. Un pase de Arbeloa a Reina, que no pudo atajar por un resbalón, dejó a Tévez en bandeja el 3-0. La campeona europea retomó el choque con la obligación de lavar el marcador, ya que su imagen no estaba siendo mala.
Y así fue, Cazorla la puso en el palo nada más entrar al campo y Navas buscó el gol en varias ocasiones. Sin embargo, no fue hasta el 86 cuando Llorente llevó al fondo de las mallas un pase de Pedro. El ‘león’ definió a la perfección y evitó una derrota por 3-0, algo que no se producía desde el 28 de febrero de 2001 en Inglaterra.
Sin embargo, Argentina, que la segunda parte estuvo a merced de los de Del Bosque, regaló el cuarto a su afición gracias a un soberbio cabezazo de Agüero, que ensalzó la pasión local por este deporte. Habían ganado a la campeona del Mundo y lo habían hecho por tres goles de diferencia.
Pero lo lograron desde el beneplácito y la complacencia de la ‘roja’, que siguió fiel a su estilo a pesar de los pesares. El mismo que alabaron días atrás los jugadores argentinos, aquellos que no pudieron superar los cuartos de final del pasado Mundial .
Por otro lado, Carlos Marchena dejó en 56 el récord de partidos consecutivos sin perder con la selección, cifra que se estancó en Buenos Aires.
El sevillano, recientemente fichado por el Villarreal, batió el pasado mes de mayo, ante Arabia Saudí, la marca fijada por el mítico delantero brasileño Garrincha. Entonces, sumó 50 choques seguidos sin conocer la derrota
