Pues, sí, amables lectores. En esta ciudad siguen ocurriendo cosas a las que muy bien se puede aplicar esa frase de reír por no llorar, con la que se me anticipaba días pasados mi amigo Gómez Darmendrail como final de su artículo ‘La risa’. Quiero decir que es preferible tomar a broma algunas cuestiones que, pensando seriamente, serían ocasión para llorar, es decir, para lamentarse, para sufrir incluso. Y una de estas ocurre precisamente en la calle donde vivo: La antigua Canonjía Nueva, en traducción actual, calle de Daoíz; o sea, ‘esa’ que lleva tanto tiempo sufriendo y que se ha incluido en el llamado eje Plaza Mayor-plaza de La Merced-Daoíz. Está abierta para el paso normal los sábados y domingos, porque en tales días no se trabaja —y parece que el resto menos de lo que se debiera (aparte de que se pinche indebidamente alguna tubería)—. Pero durante los días en que se prohíbe el paso y se encamina a los visitantes del Alcázar por la calle de Adolfo de Sandoval, una de nada menos que tres (tres) vallas indicadoras de prohibición está situada justamente sobre el paso de peatones, por lo que obliga a un innecesario desvío a los vecinos de la calle o gentes que tengan intención de ir al hotel o establecimientos abiertos. Y además, si un vecino de esta calle asciende por la de Sandoval, encuentra cerrado el paso directo y tiene que bordear las tres vallitas de marras. (Para reír). ¡Ah! Y que seguimos esperando poder aclararnos con eso de “el impulso de la descarbonización de movilidad urbana” que reza el cartel oficial de las obras. Y si ‘de verdad’ se van a canalizar bajo tierra los cables de esta calle y aledañas, porque seguimos teniendo sospechas sobre el tema…pues ya habló la autoridad municipal suprema de “grandes dificultades”. (Vamos, para llorar). Como consejo: En Velarde, además del cartel dirección Catedral (por Sandoval), debería colocarse otro con dirección a San Esteban, con la leyenda “Catedral-Plaza Mayor-“, a fin de descongestionar Sandoval, de doble dirección ahora.
Otra cuestión que vale para ‘meditar’. Se afirma, por parte oficial, (copio de este diario), “que los problemas de humedades y goteras del Centro de Recepción de Visitantes se han intensificado con las obras de rehabilitación del Teatro Cervantes” .Bueno, si lo dicen…pero hay que pensar en cuál es la ubicación del CRV bajo la terraza de Santa Columba, y donde está el espacio del desaparecido teatro que se proyecta construir (desterremos de una vez eso de ‘rehabilitar’, cuando no queda nada del antiguo y derribado coliseo). Porque desde el Postigo empieza la zona de recreo del Seminario con un espacio para aparcamiento privado, luego sigue otro de cierta consideración destinado a jardín y finalmente, el paso elevado desde el Seminario a esta zona de recreo, que es donde se han paralizado las obras, sobre las que nadie sabe en concreto qué va a pasar. (¿Para reír o llorar?).
Hablando de obras, hay que esperar a ver qué tramo de la avenida del Padre Claret se abre primero, porque las malas lenguas dicen de ciertas reclamaciones de los más perjudicados…
Y miren qué suerte: En uno de mis anteriores comentarios citaba la rapidez con que se habían iniciado los trabajos en el Valle de Tejadilla…y la rapidez con que fueron olvidados. Pues bien, hay ya noticias nuevas en palabras de la directora general de la Sociedad Estatal de Aguas Cuencas de España que “se comprometió” el pasado 22 de marzo (se publicó el 23) a que “antes del verano están licitadas y en marcha las obras de construcción del nuevo colector de Tejadilla”. Estupendo, ahora sí que ni reír ni llorar…sólo ‘esperar’ a que se confirme.
Y asimismo ‘esperar’ a que también en mayo –según la señora alcaldesa- asimismo se confirme el fin de la construcción del CIDE (CAT) para que sea realidad el anuncio de la ministra de Educación en su visita a Segovia —seguro que para fortalecer alguna amenazada candidatura— de que el ministerio resolverá pronto los trámites necesarios para que pueda funcionar en el 2024 el Centro de Innovación, Tecnificación y Alto Rendimiento (CITAR), para lo que el ministerio cuenta con 2,6 millones de euros (¿y los muchísimos invertidos por el Ayuntamiento a costa de los segovianos?.)
Como final, un interrogante: ¿Qué ocurre con los aseos públicos de la Plaza Mayor, tan necesarios, que llevan demasiado tiempo cerrados?
