España podría salir del rescate bancario a finales de año «sin ningún tipo de fórmula de seguimiento». Así lo adelantó ayer el vicepresidente de la Comisión Europea y responsable de Asuntos Económicos, Olli Rehn, quien resaltó, por contra, que la situación de Italia empeora.
Rehn aprovechó su visita a Roma para reclamar al Gobierno italiano que prosiga con los ajustes presupuestarios y acelere las reformas estructurales si quiere salir de la crisis en la que se encuentra inmerso. «Los costes de financiación para Italia son ahora más altos que los de España, lo que en mi opinión es una señal de advertencia hacia el país transalpino para asegurar que garantice tanto la estabilidad política como la sostenibilidad presupuestaria», subrayó el dirigente económico.
En su opinión, el cumplimiento del programa de rescate nacional «va por el buen camino». España solo ha utilizado para sanear la banca 41.000 millones de los 100.000 que puso a su disposición el Eurogrupo el año pasado.
Se trata de la primera vez que Rehn descarta explícitamente la prórroga del programa de ayuda a la banca y se alinea con las tesis del Gobierno de Rajoy.
De hecho, el ministro de Economía, Luis de Guindos, se opone a cualquier ampliación del rescate, alegando que Madrid no lo necesita porque se financia con comodidad en los mercados. «España ha aplicado de forma eficaz el programa de reforma que la eurozona acordó el año pasado y éste va por el buen camino, lo que supone muy buenas noticias para Europa», subrayó el líder europeo.
«Esto es muy importante para restaurar la salud del sector bancario español, así como el de la eurozona, y una base vital para crecimiento y la creación de empleo», señaló Rehn. «No lo hacemos para rescatar a los banqueros, sino para recrear las bases de un crecimiento sostenible», insistió.
El Eurogrupo tiene previsto decidir sobre la estrategia de salida del rescate bancario nacional en su reunión del próximo 15 de noviembre. Para ello, se basará en el cuarto informe de los inspectores de la troika -formada por la Comisión, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional-, que se encuentran en Madrid desde el pasado lunes.
Las buenas noticias llegadas desde Bruselas se juntaron con las conocidas horas antes sobre el déficit, que arrojaron un desajuste hasta julio de 54.293 millones, lo que supone ya el 5,27% del PIB, frente al objetivo del 6,5% de todo el año.
No obstante, aunque las cifras podrían parecer extremadamente altas, el ministro de Economía, Luis de Guindos, calmó la situación al asegurar que esos datos «convergerán» con el objetivo fijado para el conjunto de las Administraciones Públicas, y que no se prevén nuevas medidas para corregirlo. Además, indicó que la cifra de paro se revisará a la baja y se situará a final de año algunas «décimas» por debajo del 27,1% previsto en los Presupuestos Generales del Estado de 2013.
En cuanto al crecimiento económico en 2014, el Gobierno cree ahora que el incremento estará por encima del 0,5% que se previó inicialmente, tal y como apuntan «todos los indicadores adelantados y en línea con los análisis del FMI y los evaluadores privados».
En cualquier caso, para De Guindos, «lo importante, más que las cifras concretas, es la tendencia» a la recuperación que apuntan estos datos y que debe ir cogiendo fuerzas el año próximo. «Todo esto pone de manifiesto que hay una recuperación que todavía es frágil e incipiente, pero que se tiene que consolidar», apuntó.
