Con este traslado se completa el ciclo que no ocurría desde 2001. Como ocurriera con la bajada de la Virgen, la convocatoria atrajo a numerosos fieles. Sin embargo la lluvia caída obligó a interrumpir la procesión con el fin de proteger la imagen cubriéndola con unos plásticos. Todo el recorrido estuvo acompañado por los grupos de danzantes.
En total, el recorrido entre la iglesia y la ermita se prolongó durante casi una hora y media.