El Ayuntamiento de Navas de Riofrío ha recuperado 425 metros de la cacera histórica del municipio, que se vienen a unir a los cerca de seis kilómetros que ya se han restaurado. En este caso, los tramos pertenecen a las llamadas Cacera del Chorrillo y la Cacera del Pueblo (o Cacera Madre), que discurre por la Nava de Abajo, todo ello, con el objetivo de conseguir la conservación y mantenimiento del patrimonio.
El proyecto comenzó en el año 2012, cuando una vez fijado el propósito del Ayuntamiento, el arquitecto municipal, Hermes Serrano, realizó la redacción del mismo, bajo el título: ‘Restauración paisajística y ambiental de la Cacera Histórica de Navas de Riofrío’, que se ha ido desarrollando a través de diversas subvenciones.
La técnico de Medio Ambiente Rita Rodríguez, explica los trabajos de última fase. “Lo que se ha hecho en el primer caso es trazar el cauce de la cacera con la anchura correspondiente —era muy estrecho y se desbordaba— y, a su vez, empedrar parte del tramo que pasa por una zona céntrica del pueblo. Así se ha canalizado el agua que en época de mucha lluvia inundaba la carretera que cruza el pueblo y que provocaba en ocasiones complicaciones a coches y transeúntes”.
Cordel
Rita Rodríguez recuerda que en el caso de la Cacera del pueblo “se ha recuperado y puesto en uso un ramal que se encontraba totalmente perdido al atravesar la Nava de Abajo”. De esta manera “se ha aliviado el encharcamiento del terreno en la Nava, que traía perjuicios al ganado que en la época permitida tienen acceso a los pastos. Al mismo tiempo se ha conseguido unir este tramo de cacera que muere y se conecta con el restaurado el año pasado perteneciente al Cordel de las Molinas”, detalla.
Por su parte, la alcaldesa, Pilar Reques, recuerda, que la red de caceras de Navas de Riofrío «cuenta con la protección del Plan Especial de Protección del Patrimonio Edificado de Navas de Riofrío desde el año 1996».
Una tradición hidráulica histórica
La red de caceras tiene una importante historia en Navas de Riofrío, ya en el siglo XVI figuran fincas que contaban con riego (muy probablemente de la red de caceras) y se tiene documentado que a principios del siglo XVIII, la infraestructura hidráulica ya estaba plenamente consolidada en el municipio, adquiriendo en el siglo XIX mayor relevancia asociada al esquileo y a la producción de lana. La historiadora Pilar Rivas explica en su libro ‘Navas de Riofrío, un pueblo en la sierra segoviana en busca de identidad’ —a la venta en el propio Ayuntamiento—, que “el sistema de caceras es heredero de la cultura del agua de los romanos y los árabes que conquistaron la península, imprimiéndole un carácter e identidad peculiar”, como carácter e identidad propia tiene este bello municipio segoviano, que continúa apostando por el mantenimiento de este sistema haciendo toda una puesta en valor de recursos naturales.
