La Consejería de Cultura y Turismo ha acometido una de las actuaciones más singulares y pioneras realizadas en los bienes patrimoniales de Castilla y León en la iglesia de Santiago Apóstol, ubicada en la localidad segoviana de Turégano, cuyas obras fueron presentadas hoy por el director general de Patrimonio Cultural, Enrique Sáiz.
En la restauración la Consejería de Cultura y Turismo ha invertido un total de 386.370 euros. La particularidad del proyecto reside en que se ha restaurado y puesto en valor, dejando a la vista de cualquier ciudadano, un imponente ábside de origen románico que permanecía oculto hasta ahora tras el retablo mayor que preside el templo. Este ábside contiene un magnífico conjunto de esculturas románicas de piedra policromada, de gran calidad y rareza.
Hasta la fecha, en España tan sólo hay dos precedentes de templos que atesoren relieves de características similares: las cabeceras de la Seo de Zamora y de la Catedral de Santo Domingo de la Calzada en La Rioja, según indicaron fuentes del Gobierno regional.
Uno de los relieves románicos del ábside representa a Santiago el Mayor, mientras que el otro muestra un pantócrator sobre unas figuras de peregrinos y otras que podrían corresponder a un rey, a una reina y un obispo. Los estudios realizados indican que el origen de estas figuras se encuentra entre finales del siglo XII y principios del XIII y que estarían relacionadas con la consagración de la Catedral de Santiago de Compostela en el año 1211. También, han aparecido restos de otras pinturas sobre los sillares, entre las que destacan las geométricas y la figura de un ángel en los laterales así como la decoración imitando el llagueado de la sillería con trazos rojos y brotes vegetales en la bóveda.
La actuación ha consistido en un ambicioso proyecto de restauración y puesta en valor de todo el espacio románico. Tanto las tallas como los laterales del ábside se encontraban cubiertos por distintas capas de yeso ennegrecido. La conjunción de humedad capilar y de eflorescencias salinas, unidas a la acumulación de escombros y la falta de ventilación, han provocado la pérdida de parte de la ornamentación mural, pero sin embargo el material pétreo ha permanecido en excelente estado de cohesión.