Cumplir 25 años trabajando en una profesión no es tarea fácil, dados los tiempos que corren en los que mantener el empleo día a día no resulta fácil. En profesiones como las Fuerzas Armadas, el componente vocacional es el engrudo que sustenta la tarea de quienes dedican su vida a defender el Estado de Derecho conforme al mandato constitucional; pero siempre resulta necesario hacer un breve alto en el camino para volver la vista atrás y seguir avanzando con el impulso de la experiencia acumulada y los recuerdos.
Así lo hicieron ayer los integrantes de la decimoséptima promoción de la Escala Básica de Suboficiales de la Academia de Artillería, que celebraron sus bodas de plata en un acto militar celebrado en el patio de órdenes del centro de enseñanza militar, del que salieron en 1993 para comenzar una carrera que ha alcanzado un «estado de sazón», según definió el subteniente José Antonio Expósito Rodríguez, suboficial más antiguo de la promoción, que recogió el sentir de los homenajeados en su discurso ante los alumnos de la actual promoción de suboficiales que cursa sus estudios en el centro.
El subteniente Expósito recordó que estos primeros 25 años de servicio han servido para asumir las dificultades inherentes a los cambios en las Fuerzas Armadas «con la fuerza que caracteriza a quienes, por vocación, eligieron abrazar esta vida militar sin esperar recompensa, salvo la satisfacción personal del deber cumplido».
Tras recordar las jornadas de formación y adiestramiento vividas en la Academia de Artillería en su etapa como alumnos, Expósito glosó la importancia de haber pertenecido a «un centro de excelencia que mantiene los principios del modo de ser artillero», y se dirigió a los actuales alumnos que formaban en el acto para pedirles fidelidad a estos principios para recorrer «el camino de compromiso que habéis emprendido, que seréis capaces de recorrer para ocupar el lugar que nosotros ocupamos ahora».
En su discurso a los artilleros homenajeados, el coronel director de la Academia de Artillería José María Martínez Ferrer, pidió a la promoción «confianza» tanto en las decisiones que tengan que adoptar en su tarea diaria como a la hora de dirigirse a sus subordinados, ya que «muchos os miran buscando inspiración y ejemplaridad», y «cuando lleguen momentos de duda, quizá os ayude recordar que todos los días, ante el mástil de la bandera en el Acuartelamiento de Baterías, las nuevas promociones de suboficiales recitan cada día un artículo del decálogo del Suboficial».
El paso de los homenajeados ante el estandarte de la Academia de Artillería -acompañados por algunos familiares- y el homenaje a los compañeros fallecidos jalonaron el acto militar, que concluyó con el himno de los artilleros y el desfile de la unidad de alumnos ante los asistentes.
