El líder del PP, Mariano Rajoy, aseguró ayer que, si gobierna, en ningún caso mantendrá un diálogo con una organización terrorista «sobre nada», aunque haya abandonado definitivamente la violencia, porque, como aseveró, «con ETA no hay nada de qué hablar».
Rajoy señaló además que no le consta que el cese de la violencia tenga un precio, algo que, en todo caso, no pagaría e insistió en que sí considera que el comunicado es el triunfo de «no negociar».
A la pregunta de cómo valora las declaraciones de dirigentes de su partido, como Jaime Mayor Oreja o Carlos Iturgaiz, que aseguran que hubo «contrapartidas», Rajoy insistió en que no le consta y recordó que, a día de hoy, la banda no ha conseguido ni la autodeterminación ni la territorialidad.
«Con ETA no hay nada que dialogar sobre ninguna consecuencia de un conflicto que no ha existido. En el País Vasco, no ha existido ningún conflicto político, lo que ha habido es una banda criminal que ha querido imponer por la fuerza sus tesis y que ha sido vencida por la sociedad española», aseveró el líder popular.
Y respecto al hecho de que el cese de la violencia convierte a Bildu en interlocutor político, Rajoy avanzó que habrá que ver cómo se producen los acontecimientos, pero adelantó que, para el PP, «Bildu sigue siendo el brazo político de una organiza ción terrorista».
Para el candidato del PP, la «tranquilidad total de los españoles y la libertad definitiva sólo llegará cuando se materialice la disolución irreversible de la banda».
En otro orden de cosas y de cara a las elecciones, para poder afrontar la crisis Rajoy plantea «inyectar dinero público a los bancos». Para él, «no hay otra alternativa. Lo peor es no hacer nada», aseguró, defendiendo que si gobierna, lo último que recortaría sería el sistema público de pensiones, la sanidad y la educación.
«No soy partidario de subir impuestos porque ello reduce el consumo y, por tanto, los ingresos. Sí soy partidario de hacer recortes en lo superfluo, pero soy un firme partidario del sistema público de pensiones, educación y sanidad. Son las últimas partidas que recortaría», puntualizó.
Así, Rajoy descartó el copago sanitario y dijo que su gran prioridad es no castigar más a los pensionistas. En cuanto a los funcionarios, mantuvo que «ya verá como están las cuentas públicas».
