Precedida por una enorme expectación, más propia de un debate en plena campaña electoral, la sesión monográfica que hoy se celebra en el Congreso para discutir sobre la realidad económica, así como acerca de las recetas necesarias para revertirla, especialmente en forma de un gran pacto de Estado que aúne a Ejecutivo y oposición, supondrá un punto de inflexión en la legislatura. Se la juegan tanto el presidente, José Luis Rodríguez Zapatero, que apenas atesora ya crédito político, como el líder de la oposición, Mariano Rajoy, obligado a mostrarse como alternativa tras meses dejando que la crisis y las dantescas cifras de paro y déficit hayan socavado la credibilidad del Ejecutivo.
Sabedor de la trascendencia de la cita, el conservador llega al Hemiciclo con una prolija batería de propuestas para marcar un «cambio de rumbo» en la política económica que permita «rectificar» las ineficaces iniciativas adoptadas hasta ahora por Moncloa y si, como se teme en Génova, eso resulta imposible, demostrar sin lugar a dudas que el PP está preparado para tomar las riendas del país.
Sin desvelar los detalles de las recetas que expondrá su jefe en la Cámara Baja, fuentes populares sí adelantaron que el líder del PP subirá a la tribuna provisto de un arsenal de datos que servirán de armazón a una «crítica razonada» de la gestión de los socialistas y desmentirán la tesis del jefe del Gobierno, que presumía hace pocos días de que la situación no es peor que la de hace seis meses.
Como prolegómeno al rosario de medidas que permitan dejar atrás la recesión, el líder de la oposición hará hincapié en la tardanza del Ejecutivo en reconocer la crisis, una actitud que se tradujo en meses perdidos, ahora irrecuperables. Además, el popular acusará al líder del PSOE de haber «dilapidado» una extraordinaria herencia económica y de carecer de voluntad para abordar las reformas estructurales que son necesarias para volver a crecer.
Rajoy, que lleva varios días preparando su discurso en colaboración con el equipo económico que lidera Cristóbal Montoro, no se limitará a poner de manifiesto las carencias del Gobierno, sino que planteará numerosas medidas «constructivas» desde el «sentido de la responsabilidad», con especial hincapié en la austeridad en el gasto público, la reducción del déficit y la deuda, bajadas de impuestos y cambios en la esencia del modelo productivo, especialmente en el ámbito laboral. Así, el líder conservador insistirá en su propuesta para crear un nuevo tipo de contrato con una indemnización variable que vaya aumentando de forma progresiva en función de los años trabajados, una figura que permitiría estimular la contratación indefinida en el actual mercado laboral y acabar con la dualidad de contratos.
Todo ello lo resumió con acierto la portavoz del Grupo Popular en el Congreso, Soraya Sáenz de Santamaría, quien manifestó que el PP «no puede gobernar por Zapatero», pero que Rajoy «demostrará mañana -por hoy- que sabe cómo sacar a España de la crisis».
En suma, el PP volverá a poner de manifiesto que cualquier entendimiento pasa por un cambio «radical» de la política económica del Ejecutivo, algo que no se ha producido durante los dos años que el principal partido de la oposición llega ofreciendo pactos de Estado al Gobierno en materia económica, de educación, de política exterior, energía o Justicia.
No obstante, salvo sorpresa mayúscula, la mano tendida de los conservadores quedará una vez más desairada, puesto que el presidente Zapatero acude hoy al Congreso con su ya habitual táctica de aguantar el chaparrón con el único mensaje de que la economía española está «en la antesala de la recuperación».
Fuentes de Moncloa anticiparon que el socialista dedicará su intervención principal a hacer un «diagnóstico» del panorama nacional e internacional, incluida la evolución de los mercados y cómo estos están afectando a las distintas políticas económicas en el seno de la UE. En suma, más allá de volver a vender la etérea Estrategia de Economía Sostenible, el jefe del Ejecutivo volverá a encogerse de hombros ante la imposibilidad de nadar contra la «difícil» coyuntura planetaria.
