El presidente del Partido Popular, Mariano Rajoy, presentó ayer la hoja de ruta económica de su partido para salir de la crisis y crear confianza entre los españoles, porque no se puede estar mucho tiempo con un Gobierno «que no sabe lo que quiere hacer» y está continuamente dando «bandazos». El llamado Plan Global, que llevaría a efecto si llega al Palacio de La Moncloa, incluye ocho grandes reformas que apuestan por el empleo, por la reducción del gasto público y por una política energética real y creíble. Rajoy es contundente en el diagnostico actual y recomienda un «cambio total» de la política económica.
Entre las medidas del documento destacan: una reforma fiscal con bajada de impuestos del ahorro y sociedades, al tiempo que apuesta por trabajar para que la «renta disponible» sea como la de Alemania o Francia; una reforma de la Justicia para que los asuntos no se «eternicen»; una laboral, que será la del «empleo» y no la del «despido» como «la actual»; una política energética con un mix que incluya la energía nuclear; y una reforma de la Educación con un sistema «mucho más exigente», que reduzca el «fracaso escolar» que en la actualidad es del 30 por ciento.
A estas líneas se unirá la reducción del gasto público con una «reforma administrativa» de «acuerdo con todas las Comunidades Autónomas», para evitar que se reproduzca la estructura del Estado en 17 autonomías. «Porque no podemos gastar lo que estamos gastando, no somos ricos», sostuvo. También fijará un límite de endeudamiento para las tres administraciones junto con un techo de gasto y prestará «atención» al sistema financiero porque, dijo, «ya hemos visto los problemas que se han generado» y «aún hoy el crédito sigue sin fluir hacia quienes generan riqueza y empleo».
«Lo más urgente», apuntó, es la reforma del Impuesto de Sociedades, para «bajar» este tributo a las pequeñas y medianas empresas (pymes) y adecuar los módulos a los autónomos «también en su IRPF». A esto añade la «reforma del ahorro». En su opinión, la subida de este impuesto que ha llevado a cabo el Gobierno de Zapatero es «muy peligrosa» y «puede acabar generando problemas de cara al futuro».
También calificó de «tremendo error» la subida del IVA y se mostró a favor de rebajar este impuesto en algunos sectores estratégicos como el turismo.
En este punto, el presidente del PP quiso dejar claro que considera como un «insulto a los españoles» el planteamiento de subir los impuestos para ponerlos «a nivel europeo». En este sentido, argumentó que «los españoles son los terceros ciudadanos de la UE que hacen más esfuerzo fiscal», sin embargo «tienen salarios mucho más bajos que otros países de la UE». Por ello, considera que «lo que tiene que hacer el Gobierno es trabajar para que España tenga una renta como la de Alemania, Francia o Italia, y no subir impuestos».
Según el dirigente popular, el Gobierno «no ha hecho una reforma laboral, ha hecho una reforma sobre el despido». «Nosotros queremos una reforma laboral sobre el empleo, son dos cosas radicalmente diferentes», apuntó, y argumentó que el Ejecutivo de Zapatero «no ha hecho nada por fomentar el empleo y lo único que ha hecho es confundir más las cosas y generar más dificultades, problemas e inseguridad con este asunto».
El conservador añadió que la fórmula del despido de 20 días por año trabajado, por el hecho de que la empresa tenga expectativa de pérdidas, será una cuestión que acabará «en los tribunales».
Respecto a la política energética, Rajoy dijo que «tiene que haber un mix energético, por tanto, las fuentes de energía tienen que ser todas», e insistió en la idea de que «sí» desea que haya centrales nucleares porque, argumentó, «en este momento, buena parte de la energía en España viene de las centrales nucleares».
«El Gobierno no planifica, este Gobierno se escapa, huye, cada día dice una cosa, si puede arreglar un problema lo arregla, aunque al día siguiente tenga que rectificar y generar otro problema diferente», criticó. En su opinión, el Ejecutivo da la sensación de «absoluta provisionalidad» y apuntó que se trata de un Gabinete que incluso «desconoce si sus miembros van a seguir o no».
