Tras aguardar 48 horas a que pasara el efecto Merkel -y 72 con respecto a la foto de Zapatero con los agentes sociales-, el líder del PP, Mariano Rajoy, dejó una perla ayer para Moncloa: «Como español, no me gusta que desde fuera me digan lo que tengo que hacer», en alusión a la exigencia de la canciller alemana en su visita del pasado jueves a Madrid de que el Ejecutivo controle el gasto, lo que el bloque conservador lleva tres años pidiendo, «y ahora que lo dice ella, está dispuesto a aceptarlo».
En un encuentro en Barcelona para apoyar la candidatura del veterano -fue presidente del PPC entre 1996 y 2002- Alberto Fernández Díaz a la Alcaldía de Barcelona -a la que opta por tercera vez consecutiva-, el dirigente comentó: «¡Cuántos problemas pudimos ahorrarnos si nos hubieran hecho caso, que tampoco costaba tanto! Ahora lo tienen que hacer tres años después, y porque se lo piden desde fuera; éste es el Gobierno que tenemos en España».
En referencia al pacto social, el gallego aseveró que puede entender que se adopten las medidas que sean necesarias, pero pidió respeto a la ciudadanía y que se exponga cuáles son las decisiones tomadas, al reclamar «menos firmas y más explicaciones», pues consideró que no hay que exhibir tantas «fotografías y telediarios».
Asimismo, apuntó que la primera obligación de los gobernantes es «conocer la realidad» y saber cuáles son las prioridades, al tiempo que denunció que el problema de Rodríguez Zapatero y de los socialistas es que «ya se han equivocado antes de actuar».
A su juicio, la situación que vive España no es fruto de una «maldición bíblica», sino «de una incompetencia», aunque ésta tiene arreglo. Y es que «no hay debate ideológico, hay debate de saber gobernar». Así, explicó que su objetivo es dar «prioridad absoluta» para el empleo», con más inversión y apoyo a los emprendedores.
Para Rajoy, lo que ha faltado en los últimos años ha sido «un poco de seriedad», y se preguntó «cómo se va a generar confianza el Ejecutivo si primero dice que permite el déficit, y luego que no», y puso otros ejemplos, como el cheque bebé, que finalmente retiró. También recordó que hace seis meses el Gobierno llevó a cabo una reforma laboral, «y ahora hacen otra», y también se han hecho dos de las cajas de ahorro «y ahora los cambia». También abogó por ejercer la autoridad para acabar con la «impunidad de los delincuentes», porque ha habido muchos gobernantes que hicieron el «panoli» al respecto.
