El expresidente del Gobierno Mariano Rajoy advirtió en la noche de este martes en el Teatro Juan Bravo de Segovia sobre los riesgos que ponen en peligro a las democracias europeas, por ende a la española, debido al desembargo de todo tipo de populismos que alejan, como dijo, el discurso político de la realidad y buscan la división. Sin mencionar su nombre, también alertó sobre los vaivenes del Gobierno actual, personificando en un Sánchez que, a su juicio, no cumple con ninguno de los puntos recogidos en un decálogo del buen gobernante incluido en su tercer libro, el motivo de su presencia en Segovia, donde estuvo arropado por el presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco.
Rajoy y Mañueco fueron recibidos unos minutos antes de la hora de inicio del acto de presentación por el alcalde de Segovia, José Mazarías; el presidente de la Diputación Provincial, Miguel Ángel de Vicente; el vicepresidente primero de las Cortes de Castilla y León, Francisco Vázquez; la delegada territorial de la Junta en Segovia, Raquel Alonso; y por la directora del periódico organizador, El Adelantado, Teresa Herranz; quien ejerció de maestra de ceremonias introduciendo las dos intervenciones y agradeciendo la presencia a ambos.
Los mayores aplausos se los llevó el recurso a su habitual humor y fina ironía gallega, pero eso no quita que Rajoy plasmara con rotundidad sus reflexiones y convicciones, también sus temores por el escenario político actual, uno de los ejes de su obra.
“Este libro no es un tratado de filosofía política. Además, no me considero capacitado para ello, pero sí es un libro que trata de política con las reflexiones sobre lo que aprendí durante casi 40 años dedicado a esta vida”, comenzó su discurso. Radiografió el esqueleto de la obra, compuesta de 17 capítulos de lectura asequible e independientes. Recalcó el decálogo final con las virtudes o cualidades que debe llevar en la mochila todo gobernante, arrancando la risa del respetable cuando matizó que “una vez que lo había redactado me di cuenta de que hay uno que no reúne ninguna”, en clara alusión a Pedro Sánchez. “Sí, ese en el que ustedes están pensando”, volvió a tirar de humor. Fueron varias las ocasiones en las que utilizó la omisión de su nombre para citar al presidente del Gobierno. “Todo lo que se cuenta aquí es mío. Es el reflejo de mi manera de pensar y mi manera de ser y ver la vida, que no tiene mucho que ver con la forma de ver la vida de quien ustedes están pensando”, prosiguió.
Capítulo de la democracia
Hizo hincapié en el capítulo de la democracia, para él el mejor sistema para garantizar la convivencia. Una democracia, dijo, que está amenazada “por quienes se creen que consiste en solo votar y luego el elegido hace lo que considera conveniente. No, el gobernante debe estar sometido a controles y se debe respetar la independencia judicial y no atacar a los jueces como hemos visto en numerosas ocasiones en los últimos tiempos en nuestro país. La democracia retrocede, pierde calidad y quién sabe lo que puede ocurrir después. Todos hemos visto lo que ha ocurrido en Venezuela, México…”.
Respecto al Parlamento, adjetivó como “obsceno” el uso que se le está dando, criticando por añadidura que no es bueno que el Gobierno español no cumpla su obligación de presentar un presupuesto, cifrando que en siete años solo se han presentado tres por los siete de su mandato entre 2011 y 2018. “Esto también afecta a la calidad de la democracia”. De nuevo con sentido del humor, culpó a algunos parlamentos de tener un problema de “guardarropía”, porque “no es una playa”.
La Constitución fue otro de los temas tratados, definida por el expresidente como “la de la concordia”. “Revisar el pasado como se está haciendo en nuestro país va contra su espíritu de no mirar atrás y contra la convivencia entre los españoles”. En este apartado, denunció al separatismo por ir contra todos pensando solo en unos pocos. Sobre la Corona, manifestó sentirse tranquilo con Felipe VI y se cuestionó si hoy en día se podría haber llevado a cabo una sucesión como la suya.
Afirmó coincidir con Vargas Llosa al situar a los populismos como la principal amenaza para las democracias liberales. “¿Qué es el populismo? Puede ser de extrema izquierda, extrema derecha, extrema nada o de extrema estupidez”, espetó siendo interrumpido de nuevo por los aplausos del público. “Siempre hay un listo al frente: Perón, Chaves, Maduro, Castro…, y lo malo es que se ha trasladado a muchos países de Europa, entre ellos el nuestro. Y eso es muy peligroso”. Moderación, sensatez y sentido común fueron sus reivindicaciones para oponer resistencia.
Solicitó un control de las redes sociales, convertidas en otra amenaza en el ámbito político porque se utilizan más para injuriar que para hacer el bien, vino a decir. “La opinión de un energúmeno puede valer más que la de un premio Nobel y cuanto más energúmeno seas más ‘likes’ te dicen lo listo que eres”. Pidió que no se resuelva la inmigración con “declaraciones incendiarias”. En la parte final, ofreció consejos al buen gobernante, el mejor de ellos, “que busque la unión en vez de la división”. También que no se separe de la realidad, que puede incluso obligar a hacer lo que uno no quiere, recordando Rajoy que tuvo que nacionalizar la banca para evitar el colapso, algo muy contrario a su hoja de ruta.
Antes del desglose de los capítulos, el exmandatario tuvo palabras amables para los cien años de historia del Teatro Juan Bravo, al que describió como referente más allá de la provincia; y para este diario, también con un siglo de vida a sus espaldas, del que valoró que “puede presumir” de que lo encumbraron escritores como Ayala, Machado o Vargas Llosa, entre otros.
Previa a la intervención de Rajoy, Fernández Mañueco calificó al protagonista de la noche como un “referente político indiscutible”, además de un “amigo y alguien muy cercano”. Valoró la feroz crisis financiera que le tocó manejar cuando ocupó la Moncloa, agravada por “quienes la negaron y por la incompetencia de quien debió asumirla a tiempo”. Dijo de él admirar la forma serena con la que afronta las adversidades, poniendo como ejemplo el desafío separatista de su época. Destacó dos frases del libro: ‘Enfadarse es una excelente forma de perder el tiempo’, e ‘insultar es el recurso de los mediocres’, en alusión, expresó, a “tus lúcidas reflexiones” y apostó por “una política de verdad, la que se hace en Segovia y en Castilla y León, y no por la del Gobierno, que levanta muros”.
Frente al escenario, un Teatro Juan Bravo que cubrió el patio de butacas y un anfiteatro, en torno a unas 350 personas ávidas de escuchar las reflexiones del dirigente gallego y su peculiar estilo para contarlas. Las que condujeron a su tercer libro, ‘El arte de gobernar’, que sigue la estela del primero ‘Una España mejor’, basado en su mandato; y el segundo, ‘Política para adultos’, un aviso sobre el peligro de los populismos. Una vez clausurado el acto, Rajoy firmó y dedicó el libro a todos aquellos que se acercaron y que pudieron adquirirlo en el hall del teatro.
Tres libros que entremezclan experiencia y convicciones
Mariano Rajoy Brey (27 de marzo de 1955, Santiago de Compostela) ha alcanzado la edad septuagenaria pero sigue muy activo, y no únicamente por sus largas y televisadas caminatas, ya sea de vacaciones en su tierra gallega o en Madrid, ciudad donde vive tras abandonar la Moncloa con su mujer Elvira, que siempre prefirió un perfil bajo durante los casi seis años y medio en los que su marido fue presidente del Gobierno español (diciembre de 2011 hasta junio de 2018).
Cuando la política llegó a su final, el exdirigente popular retornó a su profesión como registrador de la propiedad, siendo su último destino conocido el Registro Mercantil madrileño. Con apenas 24 años, después de sus estudios de Derecho en Santiago, aprobó dicha oposición siendo el más joven en conseguirlo en España. Una vez retirado del foco y compaginando con su trabajo -de ahí lo de su proactividad-, comenzó a desarrollar una senda literaria, una nueva faceta en la que dar cabida a su extensa trayectoria pública y política, desde sus inicios como diputado autonómico en 1981 con Alianza Popular hasta alcanzar la Presidencia del Ejecutivo nacional.
Hasta la fecha, ya son tres los libros que ha escrito Rajoy, contando este último que ha presentado en la noche del martes en el Teatro Juan Bravo de Segovia bajo el título ‘El arte de gobernar’. Tres escritos en los que paralelamente a su experiencia desgrana sus ideas y convicciones sobre lo que debe ser el liderazgo, la democracia, los entresijos en la forma de gobernar o los peligros que acechan a todo mandato.
El pasado domingo, en una entrevista publicada en este diario, el expresidente explicaba el porqué de esta tercera obra: “Manuel Pimentel, el editor, y Benigno Pendás, presidente de la Academia de Ciencias Morales y Política, me convencieron de la oportunidad de hacer un ejercicio de recopilación de algunas convicciones sobre lo que significa la vida pública a raíz de mis experiencias personales y me pareció que tenían razón. Yo ya había escrito dos libros después de mi salida del Gobierno. En el primero, ‘Una España mejor’, venía a resumir lo más importante de lo que me tocó hacer al frente del Gobierno. El segundo, ‘Política para adultos’, analizaba lo que supuso la ofensiva populista en España. Este no es un tratado de política, pero sí un conjunto de reflexiones sobre la política”, fue su respuesta explicando además el contenido de sus anteriores libros. Preguntado en la misma entrevista sobre cuál podría ser la tesis central de su nueva obra, Rajoy contestó “que la buena política exige respeto a la realidad y respeto a las personas. La ideología, por sí misma, no garantiza ni lo uno ni lo otro”.
