Segovia cuenta ya con un «Mapa de Ruido». La Consejería de Fomento y Medio Ambiente de la Junta anunció hace unos días la aprobación del mapa estratégico de ruido en la ciudad. En síntesis, el estudio evalúa la exposición de determinadas zonas a la contaminación acústica con el objetivo de que se adopten medidas para reducir y mejorar la calidad de vida de los ciudadanos.
Lo cierto es que este documento ha deparado pocas sorpresas. El pasado mes de mayo, la Junta ya avanzó algunas de sus conclusiones; como que los municipios de la región cuentan con un nivel de ruido ambiental medio o bajo en comparación con los obtenidos en el ámbito nacional. Segovia ocupa el sexto lugar, entre doce municipios comparados, con un 16,43% de población afectada en un periodo de índice de ruido de 24 horas.
Lo cierto es que todos los mapas estratégicos de ruidos elaborados por la Junta, también el de Segovia, tan solo se ha centrado en analizar la contaminación acústica relacionada con el tráfico rodado, el ferroviario, aeroportuario y de actividades industriales. De esta manera, el Mapa de Ruido de Segovia no analiza calles donde el ruido puede ser motivo de conflicto, caso de las zonas de ocio nocturno. Los parámetros analizados no han deparado demasiadas sorpresas, en cuanto que la mayor contaminación acústica se sitúa en las vías que soportan más tráfico de vehículos. El concejal de Tráfico, Alfonso Reguera, explica que el ruido se sitúa en el eje que conforman la avenida Ezequiel González, Conde Sepúlveda, la avenida de la Constitución y Juan Carlos I, la antigua carretera de San Rafael, Padre Claret y Vía Roma.
Medidas paliativas
Una vez ya aprobado el Mapa de Ruido, serán los técnicos de Urbanismo y Medio Ambiente quienes deberán analizar el documento y, en su caso, proponer medidas para reducir el ruido en aquellos puntos donde los niveles de decibelios sean excesivos, en caso de que existan. Como quiera que en Segovia las conclusiones se limitan al tráfico rodado, una de las medidas posibles sería la de sustituir en alguna calle el adoquín por el asfalto. También se podría limitar la velocidad de los vehículos en algunos tramos o incluso desviar el tráfico para minimizar la contaminación acústica que pueden sufrir los vecinos. «El ruido que se produce en Ezequiel González es el que es, aquí no se puede desviar el tráfico, quizá limitar la velocidad, pero todavía hay que estudiar muy bien el Mapa y ver si los niveles son excesivos que, por lo que parece, no es así», aseguró Reguera.
De la misma forma, a la luz del análisis que hagan los técnicos, el Gobierno municipal podría impulsar una reforma de la ordenanza municipal sobre ruido. «No hay ningún plan preestablecido, vamos a estudiar el Mapa y veremos qué medidas se toman, si es que hay que tomarlas», aclaró.
Reguera señaló que el PP ha cometido el error de vincular el Mapa de Ruido con zonas de ocio nocturno y el derecho al descanso que tienen todos los vecinos. Como quiera que el Mapa no ha analizado estas calles, se carece de un estudio que perfile con exactitud los niveles de ruido que soportan vías como Infanta Isabel, conocida como «calle de los bares» donde los fines de semana se produce la presencia de centenares de jóvenes. Como se sabe, la ley regional de ruido contempla una serie de «figuras de protección» que el Ayuntamiento puede plasmar en su ordenanza. «Desconozco si la Junta tiene en mente hacer un estudio sobre zonas de ocio, aunque me temo que no, puesto que sería una contradicción contar con una ley regional permisiva en cuanto a apertura de locales y luego promover otra que sea estricta en cuanto a ruidos».
Protección
La ley regional establece una serie de ‘figuras de protección’ que podrían plasmarse en la ordenanza. Estas figuras son la CPAE (Zonas de Protección Acústica Especial); la ZFAE (Zonas de Situación Acústica Especial) y las ZAS (Zonas Acústicamente Saturadas); caso, por ejemplo, de la conocida como «Calle de los Bares» y algunas zonas del barrio de San Millán. Con la calificación de ZAS el Ayuntamiento impediría la apertura de establecimientos que supusieran incremento acústico.
Como se recordará, el pasado mes de julio, el pleno del Ayuntamiento acordó suprimir de la Ordenanza de Venta y Consumo de Bebidas Alcohólicas la obligación de que exista una distancia de 25 metros entre establecimientos que vendan alcohol. El PSOE promovió la reforma porque la normativa regional había eliminado esta restricción; un argumento que no convenció a PP e IU. En todo caso, el concejal de Servicios Sociales, Andrés Torquemada, recalcó que el Ayuntamiento, en virtud de la Ley del Ruido, podrá declarar «zonas acústicamente saturadas» y denegar en estos espacios las licencias para la apertura de nuevos negocios.
