Las noticias se suceden. La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) señaló el 10 de junio que España experimentó un descenso de los salarios reales del 1,2% en el primer trimestre de 2023, a pesar de la bajada de la inflación. Una pérdida de poder adquisitivo que genera un problema importante para los hogares con bajos ingresos, cuando España además tiene “la tasa de paro más alta de la zona euro”.
El paro registrado en España se ha situado en 2.688.842 personas en junio. El paro se mantiene en la agricultura (106.678 desempleados) y en la construcción (208.118 en junio), al igual que en el caso de “sin empleo anterior” (248.357), y baja en la industria (con 248.357 parados actualmente) y el sector servicios (1.912.157). Sorprende la afirmación sobre la falta de personal en la construcción, cuando tenemos 208.118 parados en dicho sector, mientras que solamente se apuntan al paro 248.357 personas que no han tenido un empleo anterior.
El desempleo se ceba con las mujeres que representan el 60,41% del total y con los jóvenes. Los beneficiarios de la prestación de desempleo en mayo de 2023 alcanzaron la cifra de 1.668.948, por lo que la cobertura de protección de desempleo se sitúa en el 64,93% con un coste de 1.734,3 millones de euros en dicho mes, con un aumento del 9% respecto a mayo 2022. Sin embargo este porcentaje es engañoso, la prestación contributiva afectó a 698.652 desempleados (41,86%), mientras que el subsidio de desempleo benefició a 788.436 parados (47,24%), la renta activa de inserción se abonó a 100.281 personas (6%)y el subsidio para eventuales agrarios a 91.516 personas sin empleo (4,88%). Es decir que el número de parados registrados se sitúa en el mes de junio en 2.668.842, mientras que los que perciben ayuda son 1.668.948 desempleados con una cobertura del 64,9%, y sin embargo los que reciben una prestación contributiva afecta a 698.652 desempleados (41,24%), de forma que el resto 970.296 recibe una asistencia del Estado (58,13%), algo no concuerda en nuestro mercado laboral.
El resultado es que la cuantía media bruta de la prestación contributiva percibida por beneficiario durante el mes de mayo de 2023 ha sido de 954,7 euros, una cantidad muy reducida para asumir el gasto de una unidad familiar.
El número total de contratos registrados durante el mes de junio de 2023 ha sido de 1.492.803, con una bajada de 276.185 (-15,61%) respecto de junio 2022. Mientras que la contratación acumulada en los seis primeros meses de 2023 ha supuesto la cifra de 7.662.826, lo que supone 1.909.080 contratos menos (-19,94%) que en igual período del año anterior.
En junio de 2023 se registraron 631.810 contratos de trabajo de carácter indefinido que representan el 42,32% del total de contratos, con un descenso de 151.785 (-19,37%). Estos contratos indefinidos del mes de junio se dividen, en cuando a la duración de la jornada, en 242.351 contratos a tiempo completo, un 38,35% del total, con 70.473 menos respecto de junio de 2022 (-22,53%); los contratos a tiempo parcial sumaron la cantidad de 137.492, un 21,76% del total, con 40.600 contratos menos en relación con junio 2022 (-22,80%); por último, los contratos fijos discontinuos sumaron 251.967 contratos, un 39,88%, con una reducción de 40,712 contratos (-13,91%).
En definitiva los contratos indefinidos (631.810 contratos) del mes de junio representan el 42,32% del total de contratos, pero solamente 242.351 son contratos a tiempo completo, es decir un 38% del total de indefinidos. Por el contrario, los contratos temporales del mes de junio sumaron 860.993, representando el 57,68% del total, con una reducción de 124.400 contratos (-12,62%), de los cuales 561.732 son contratos a tiempo completo y 299.261 a tiempo parcial. Los nuevos contratos se produjeron mayoritariamente en el sector servicios (77,65% del total), la industria (12,40%) y a mayor distancia en la construcción (2,60%) y en la agricultura (7,30%). La causa del contrato temporal se basa en circunstancias de la producción (75,64% del total) y por sustitución (13,43%), tanto de los contratos a tiempo completo (47,59%) como a tiempo parcial (52,41%). Por otra parte, se reducen los contratos indefinidos anualmente en un –19,3%, un porcentaje muy superior a la minoración de los temporales –12,62 %, mientras que en junio los contratos indefinidos aumentan en 1,11% frente al 9,37% de los temporales, con una media de 1,29 contratos por persona.
En este orden de cosas, se ha de subrayar que en junio de 2023 España no ha recuperado el número de horas laborales realizadas en 2019, a la hora de estudiar el mercado laboral español, por lo que hay que valorar el número de contratos a tiempo parcial y fijos pero discontinuos. Además, la cobertura de la prestación por desempleo sólo afecta al 41% de los desempleados, y a ello hay que añadir la problemática de las personas con contrato fijo discontinuo que sumaron en junio 651.967 trabajadores. Según los registros de la Seguridad Social, en diciembre de 2022 hubo 833.648 trabajadores activos con contrato fijo discontinuo, de modo que, si se suman los 443.078 inactivos, da un total de 1,28 millones de personas con un contrato fijo discontinuo, de los cuales algo más de un tercio (el 35%) estaba inactivo a final de año.
Tras la reforma laboral, la figura del contrato fijo discontinuo se ha convertido en la vía para que las empresas con ciclos de actividad estacionales pudieran hacer contratos indefinidos sin tener que pagar un salario los meses de valle. Al mantenerse un contrato vigente, estos trabajadores no se computan como parados, aunque realmente es como si lo estuvieran, mientras que cuando estos contratos eran temporales, en la campaña de baja actividad se iban directamente al desempleo. De ahí que se haya considerado como un paro oculto que no figuraba en las estadísticas, al igual que ocurre en otros países con modalidades contractuales similares. Al cierre de 2022 había 2,83 millones de parados, de modo que, si se suman los 443.078 fijos discontinuos en fase de inactividad, aumentaría el número de desempleados en algo más de un 15%.
