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Racismo en los Estados Unidos

por Chaklader Mahboob-ul Alam (*)
17 de agosto de 2021
CHAKLADER
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¿Existe el fenómeno de racismo en los Estados Unidos de América? ¿Tienen todos los ciudadanos del país la misma oportunidad para progresar o existen barreras contra ciertos grupos para alcanzar el sueño americano?

Tenemos que aceptar el hecho de que excepto la población original del país —los mal llamados Americanos Indios— que fueron sistemáticamente aniquilados, todos los americanos de hoy son descendientes de inmigrantes que vinieron voluntariamente al país en sucesivas oleadas. Según las estadísticas oficiales, entre 1892 y 1954, entraron aproximadamente doce millones de inmigrantes legales procedentes de Europa por un solo punto de entrada, Ellis Island, cerca de Nueva York.

Los únicos que no vinieron voluntariamente fueron los esclavos africanos que fueron secuestrados, encadenados, transportados en barcos y luego vendidos en las plazas públicas para trabajar en las plantaciones de los inmigrantes europeos. En realidad, eran propiedades personales de sus amos. Nadie sabe exactamente cuántos africanos murieron en la travesía del ‘Middle Passage’, pero según el Profesor Howard Zinn (A PEOPLE ‘S HISTORY OF THE UNITED STATES), “se estima que África perdió 50 millones de humanos en este proceso”.

Así los inmigrantes europeos montaron un sistema económico en que los dos factores más importantes económicos de producción eran gratis, abundante tierra robada de los indios y la mano de obra de los esclavos africanos.

Construyeron una sociedad estructural de poder, riqueza y privilegio. En la cúpula estaban los ingleses, holandeses y otros europeos del norte. Como la economía seguía creciendo, necesitaban más inmigrantes. El gobierno aflojó las restricciones. Así empezaron a venir otros europeos no tan ‘dignos’ (según los criterios del grupo dominante, los anglos,) como irlandeses, italianos, griegos, etc.

Necesitaban mano de obra barata para construir ferrocarriles por todo el país. Los chinos estaban dispuestos a trabajar en condiciones infrahumanas y sujetos a todo tipo de discriminaciones como por ejemplo no podrían comprar tierra ni casarse con mujeres de origen europeo. A pesar del Chinese Exclusion Act de 1882 y el Geary Act de 1892, hoy día hay más de 2.5 millones de ciudadanos americanos de origen chino.

Al principio no había muchos inmigrantes de Japón. La colonización gradual de Hawai y la necesidad de mano de obra barata en las plantaciones de cañas de azúcar allí pertenecientes a las empresas norteamericanas abrieron camino para la inmigración japonesa. Los japoneses trabajaban en condiciones infrahumanas bajo la estricta supervisión de capataces blancos. Ningún japonés podría llegar a ser un capataz.

El objetivo de esta exposición no es relatar en detalle la política inmigratoria del gobierno de los Estados Unidos sino explicar en breve las razones porque hay tanta diversidad racial y/o étnica en la población norteamericana. Desde que llegaron los primeros colonos de Europa, impusieron un sistema basado en la explotación de otras razas y etnias para mantener el control económico y político sobre el país.

La mayoría de estos grupos de inmigrantes, a pesar de todas las trabas, discriminaciones, y dificultades iniciales ha mejorado su situación económica y social en el camino de alcanzar el sueño americano.

Para dar unos ejemplos, a pesar de las discriminaciones aún existentes (un estudiante de origen asiático tiene que ganar 140 puntos más que un estudiante ‘blanco’ en el examen de acceso en las mejores universidades del país como Harvard, Princeton etc.), cada vez hay más profesionales cualificados trabajando como médicos, abogados, arquitectos y científicos. Se puede decir con orgullo que entre ellos hay más de uno que ha ganado el prestigioso premio Nobel.

Lamentablemente, los únicos que no han podido mejorar su situación significativamente son los afro-americanos que no vinieron a América voluntariamente sino en barcos de esclavos. Según el veterano periodista conservador David Brooks de origen judío,“ la brecha salarial (income gap) entre las familias blancas y negras era tan grande en 2016 como era en 1968. La situación de la riqueza familiar (wealth gap) entre estos dos grupos era aún peor porque la brecha había aumentado durante este periodo.” Brooks continúa diciendo que el legado de la esclavitud y la segregación se percibe en todas partes de la sociedad. La expresión ‘racismo sistémico’ es una realidad que está ejerciendo un efecto devastador sobre las posibilidades de los afro-americanos para conseguir el sueño americano.

También visitamos algunas reservas indias, donde aparte de la pobreza, pude palpar una sensación de tristeza y desesperación. Antes, en Nuevo Méjico habíamos visitado impresionantes edificios con muchas habitaciones y terrazas construidos (posiblemente hace miles de años) en los acantilados de montañas por los indios Hopi y Zuni. No pude evitar sentirme triste por la suerte de estos indios en sus reservas despojados de todo incluso de su dignidad humana.

Ha surgido un movimiento, ahora con más virulencia que nunca, en particular entre los Republicanos para borrar todo esto y reescribir la historia. Según la prestigiosa revista británica The Economist (julio 10 de 2021), en veintiséis estados de la Unión, los legisladores están intentando aprobar leyes prohibiendo la enseñanza del racismo en las escuelas que «puede causar incomodidad, culpabilidad, angustia o cualquier otro tipo de sufrimiento psicológico en un alumno”. Es un intento de crear una nueva narrativa acerca del “valor, determinación y brillantez de los inmigrantes europeos” que fundaron la civilización más avanzada del mundo en una tierra hostil. En esta versión de la historia de los Estados Unidos no hay ninguna mención de “la esclavitud, las masacres de hombres, mujeres y niños, los linchamientos y las reubicaciones forzosas de pueblos enteros tras firmar los tratados de paz y rendición”.

Según el prestigioso historiador americano Howard Zinn, “no hay ningún país en la historia de la humanidad en donde el racismo haya sido tan importante por tanto tiempo como en los Estados Unidos”. Aun así, quisiera concluir este artículo con una nota de optimismo. Debo recalcar que en su origen los Estados Unidos era una sociedad profundamente racista. Pero a lo largo de su atormentada historia, la situación ha ido mejorando paulatinamente. Ahora no existe tanta rigidez. Hay mucha más mezcla (blending) de razas, etnias y religiones, particularmente en las clases media y alta. Tres ejemplos: el presidente Biden es católico y proviene de Irlanda, una de las colonias más antiguas (casi trescientos años) del Imperio británico. Su familia emigró a los Estados Unidos durante la Gran hambruna irlandesa del siglo XIX. El padre de la Vicepresidenta Kamala Harris es de origen jamaicano, su madre es de la India y su marido judío. Hablando de los judíos, ellos también sufrieron toda clase de discriminaciones. Pero hoy forman parte de la élite.


(*) Oficial de la Real Orden de Isabel la Católica

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