Parafraseando, y falseando, el dicho que dice que quien tiene un huerto tiene un tesoro, en Segovia quien tiene a mano un parque biosaludable, y hay cinco repartidos por la ciudad, tiene salud, bienestar físico ganado con ejercicio supervisado por monitores preparados.
Celia Muñoz (74 años) disfrutaba ayer por la mañana de una sesión de gimnasia con aparatos adaptados en el parque de La Albuera situado a los pies del Cementerio del Santo Ángel. “Ya he venido alguna vez, también vengo a los bolos” —justo al lado se encuentran las pistas ‘Orgullo Segoviano’ de juegos autóctonos— y se apunta a otras actividades organizadas desde la Concejalía de Servicios Sociales, Igualdad, Sanidad y Consumo: “hay que mantenerse activos”.
“Cuando has estado toda la vida trabajando como una burra luego no puedes estar sin hacer nada”, le decía otra de las participantes de este programa municipal al concejal Andrés Torquemada, quien ayer se acercó a comprobar en persona el éxito que tiene una actividad cuya finalidad es “promocionar la vida activa y saludable”.
Para facilitar la participación del mayor número de personas, en esta edición alrededor de 75, el programa se lleva a cabo los lunes en los barrios de La Albuera (comenzando a las 10 horas) y Santo Tomás (11,30 horas), y los martes en Nueva Segovia (10 horas). Los jueves la propuesta se desplaza al parque de los depósitos de agua (10 horas) y al de la Dehesa (11.30).
En definitiva, suelen formarse grupos de entre diez y quince personas, que comparten sesión de ejercicio, como Merryn Urraza, una de las más jóvenes de las asistentes ayer al parque de La Albuera, con 63 años, que además asegura que todos los días hace bicicleta durante una hora.
María del Carmen Senín Gómez, por su parte, comentaba que hay actividades para todos los días: unos, bolos; otros, ejercicios en el parque; otros, piscina… Toda una lección de vida. Por cierto, se echa de menos algún varón más en estos parques biosaludables.
El programa está dirigido a cualquier persona que tenga interés en conocer el uso adecuado de los aparatos situados en estos parques y pretende enseñar a los participantes como otros elementos propios del contexto urbano: vallas, poyos de piedra, bancos… pueden ser utilizados para mejorar la tonificación, el equilibrio o la fuerza y prevenir de ese modo caídas o lesiones.
El monitor bromeaba ayer en La Albuera: “este ejercicio es bueno para las que me decís que queréis quitaros los pellejos bajo los brazos”. Se trata de pasar la mañana con una actividad saludable en un entorno cercano, compartiendo el rato con otras personas, y además recibiendo recomendaciones de forma individualizada.
