Queridos Reyes Magos gracias, una vez más, por inundar de paz y de ilusión millones de hogares en todo el mundo. Desde el mismo día en que fuisteis guiados por la estrella de Belén para adorar al niño Dios hasta nuestros días, habéis llenado los hogares de inmensa alegría y felicidad, esa que, desgraciadamente, parece desaparecer por momentos y es imprescindible para nuestras vidas.
Una historia que se repite desde hace más de dos mil años, y que nos muestra año tras año cómo reconocer la grandeza en lo pequeño.
Cuando los tres Reyes Magos encontraron a un niño envuelto en pañales acomodado en el plato donde comían los animales, supieron reconocer la grandeza en medio de algo tan pequeño. Cuántas veces despreciamos lo poco, sufriendo por aquello que parece mucho pero que finalmente se agota.
Los tres Reyes Magos lo reconocieron y, a pesar de la pequeñez de un niño recién nacido que pareciera que no entiende nada, quisieron entablar una amistad profunda con Él. Se postraron ante Él y lo adoraron.
El que quisieran adorarlo significa que los tres Reyes Magos quisieron entrar en contacto íntimo con el niño Dios. No sólo quisieron conocerlo, sino aceptarlo como Dios y aceptarse como necesitados de Él.
Hoy, sin embargo, el ser humano se ha revelado y la sociedad en general no entiende el reconocimiento de la grandeza de la pequeñez, al contrario, la soberbia de la vida, la complacencia y la vanidad se han instalado en nuestras vidas como forma de vida.
Pero cada año, el día 6, un nuevo renacer parece llenar nuestros hogares que nos recuerda la importancia de la unidad, el amor y la comunión con el otro.
Por eso, embarcado en un proyecto político nacido en diciembre de 2013, y del que hoy formo parte como diputado por Segovia, quiero pedir a esos Reyes Magos un cambio de Gobierno que vele por la igualdad de todos los españoles, por la unidad de España, por unos empleos y salarios dignos, por una educación en libertad, por un acceso a la vivienda, por una sanidad accesible y universal para todos, por una fiscalidad para la para la prosperidad, por una despolitización de la Justicia, por la dignidad humana y por la defensa sin paliativos de la vida y la familia.
Y lo pido desde el sentimiento más profundo de servicio al pueblo español y desde el lugar que ocupo, y desde un proyecto que nació para cambiar las cosas y el rumbo de un país que el bipartidismo ha sumido en una profunda crisis de verdad, de unidad, prosperidad y verdadera libertad.
Desde esa pequeñez que debe mostrar todo representante político y de la mano de nuestro presidente Santiago Abascal, estoy seguro de que, más pronto que tarde, VOX devolverá a España y a los españoles el lugar que nunca debieron perder, luchando siempre por defender, la verdad, la bondad y la belleza.
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(*) Diputado Nacional de Vox por Segovia.
