Hay actores que por sí mismos, no solo justifican sino que ponen en pie cualquier montaje, o casi cualquier montaje. Una vez escribí, como ejemplo de esos intérpretes que salen a un escenario y lo llenan por completo, que cuando Marisa Paredes mueve un brazo en escena es imposible que nadie en la sala tenga la atención puesta en otra parte. Y me vale para Lola Herrera, una actriz que, más allá del texto y del registro, siempre está espléndida.
Lola Herrera, una mujer que, además de lo profesional, es de esas personas que le caen bien a todo el mundo, fue la gran protagonista de una velada de estreno en el Juan Bravo, el jueves, que se saldó con lleno, besos y aplausos, y que no quisieron perderse compañeros de profesión como Juanjo Artero (que compartió escenario con ella en Seis lecciones de baile), Jorge Pardo o Elisa Matilla.
La obra en cuestión, “Querida Matilde”, es una adaptación de la obra del mismo nombre del escritor americano Israel Horovitz. Matías (Daniel Freire), un joven argentino sin oficio ni beneficio y con tres exmujeres con sus correspondientes pensiones a la espalda llega a Madrid para hacerse cargo de la herencia de su recién fallecido padre, un amplio piso en una de las mejores zonas de la capital.
Sus esperanzas de vender el piso y emprender una nueva vida se ven truncadas cuando se encuentra que el inmueble viene con sorpresa. Su padre se lo compró a Matilde (Lola Herrera) con la condición de que podría ocuparlo hasta que muriese, y allí reside con su hija Concha (Ana Labordeta).
Las relaciones que se establecen entre los tres personajes y la aparición de la verdad del pasado, una verdad por otra parte muy previsible, son los dos ejes de la obra. Con algunos bajones de ritmo, la obra es entretenida e incluso divertida en algunos momentos. La previsibilidad de la historia entre Matilde y el padre de Matías y lo superficial del análisis de los personajes son, en la otra cara de la moneda, los principales aspectos a anotar en el debe de la función.
La Herrera, con alguna pequeña imprecisión en el texto, lógica en el estreno, está impecable en su papel de una mujer que juega a ser ingenua pero que no tiene un pelo de tonta y que en esta ocasión tiene sus mejores momentos cuando saca a pasear su bis cómica.
Daniel Freire y Ana Labordeta completan el reparto con solvencia, aunque lo cierto es que cuando sale Lola Herrera de escena el ritmo del montaje pierde enteros, y que algunas de las escenas de la pareja podrían limarse un poco cara a próximas representaciones.
Tras el estreno en Segovia, el nombre de Lola Herrera en el cartel imagino que garantiza gira en un momento en que las cosas están muy complicadas, los presupuestos se recortan y los programadores prefieren asegurar buenas entradas con caras conocidas que arriesgar con otro tipo de proyectos. Así está el patio.
Espectáculo: Querida Matilde, de Israel Horovitz. Adaptación de Antonio Albert y Juan Luis Iborra.
Reparto: Lola Herrera, Daniel Freire, Ana Labordeta.
Diseño de escenografía: Gabriel Carrascal.
Diseño de iluminación: Juanjo Llorens.
Diseño de vestuario: Miguel Ángel Milán.
Música original: David San José.
Director: Juan Luis Iborra.
Lugar: Teatro Juan Bravo.
Fecha: Jueves 24 de marzo de 2011.
