—¿Qué balance puede hacerse del tiempo que lleva al frente de la Consejería de Agricultura y Ganadería?
—El balance de estos doce meses es de mucho trabajo. Porque ha habido que hacer un esfuerzo importante, pues han coincidido una serie de elementos administrativos —como el cierre de ejecución del programa de desarrollo rural que finalizó el diciembre del año pasado— con la puesta en marcha de un nuevo modelo de PAC diferente en el que además nos comprometimos a anticipar una parte importante de los importes. Y también hemos tenido que hacer frente a la resolución de problemas externos como las crisis de empresas como Lauki, Dulciora y otras en sectores puntuales como en vacuno de leche. En el tema de las ayudas de la PAC en octubre adelantamos un 85 por ciento de esas partidas siendo la única Comunidad Autónoma que conseguimos hacerlo. Ha sido un año de grandes cambios. Uno de mis compromisos primeros fue poner al día los pagos antes de poner en marcha actividad nueva y se pagaron 120 millones de euros de ayudas agroambientales de zonas de montaña y zonas desfavorecidas que estaban pendientes. Además los grupos de acción local han tenido en muchos casos que pedir financiación privada para poder hacer frente a esos programas.
Ha sido, pues una situación complicada, por cuestiones administrativas, pero también por efectos externos como la crisis de las cuotas lácteas, donde nos hemos tenido que mover también a nivel autonómico dando respuesta inmediatas, buscando acuerdos y apoyos externos, tanto en el ámbito nacional como en el europeo. En todo esto hemos estado volcados gran parte de este año.
—Esta semana ha firmado en Segovia acuerdos con los grupos de Acción Local ¿Era algo esperado muy por el sector?
—Sí. Hemos conseguido la mayor ejecución de los programas de Desarrollo Rural. Tuvimos que cambiar el modelo de acción local, pues el 25% de los programas estaba sin ejecutar. Realmente fue una vorágine de actividad para no perder financiación europea.
—Ha hablado del sector del vacuno de leche ¿qué futuro le espera a los ganaderos de Castilla y León en este ámbito?
—Precisamente mañana lunes hay una reunión en Bruselas en este sentido. Se trata de un tema complejo derivado del fin de las cuotas lácteas y también del exceso de producción y de la menor demanda en el consumo. Es algo que no era previsible cuando se decidió poner fin a las cuotas. Ya veremos qué medidas se tomarán, pero, como no puede ser de otro modo, estaremos al lado del sector.
—¿Prevé que se sigan cerrando explotaciones de vacuno de leche?
—Las explotaciones de la región están bien dimensionadas. Espero que no. Para ello se está promoviendo que haya una mayor coordinación entre los productores con el fin de que tengan más capacidad de negociación al concentrar la oferta; más capacidad de almacenamiento cuando haya que retirar producto del mercado; y formas diferentes de transformar el producto. Castilla y León es la segunda productora del país pero solo en leche líquida. Tenemos que avanzar en nuevas formas de transformación en otros productos que el consumidor demanda y que ahora no elaboramos. Creo que hay margen de mejora, ayudando a ser más competitivas las explotaciones y que estén más organizados y coordinados los productores.
—Estamos en plena cosecha de cereal ¿Qué perspectivas tiene en cuanto a producción y rendimientos?
—La semana que viene estarán los datos más avanzados para darlos de forma más exacta. La estimación general es de un 35 por ciento más que el año anterior. Se están analizando a través de trabajos de campo los efectos de las tormentas que pueden haber afectado a algunas zonas de Cuéllar y Sepúlveda. En general ha sido una buena cosecha, bastante mejor que la del año anterior.
—¿Qué futuro le espera al mundo agrario con la finalización de la actual agenda de la PAC en 2020?
—Es difícil predecir lo que decidirá la Comisión Europea, pero no creo que desaparezca el apoyo al sector agrario. Se trata de un sector muy importante como productor de alimentos y de autoabastecimiento. Es cierto que la PAC ayuda al sector de forma importante. Son 1.100 millones de euros anuales los que nos llegan y lo que sí es cierto es que hay que trabajar para que se incorporen medidas de regulación de los mercados y evitar problemas como los que vemos en el sector del vacuno de leche. Hablo de medidas orientadas a la producción agraria, asociadas al consumo, a las necesidades de los consumidores. Y también es importante que se aprovechen bien las ayudas para modernizarnos. Estoy convencida de que seguirá la PAC ayudando, pero eso no debe favorecer la relajación del sector. Debemos aprovecharlo como una oportunidad para modernizar el sector. Estar subvencionados no debe hacernos caer en el inmovilismo, sino aprovechar para mejorar en competitividad.
—¿Afectará a la PAC la salida del Reino Unido de la Unión Europea?
—Habrá que estar atentos y aún no hay previsiones ni hay plazos incluso a nivel europeo. Creo que se habla de seis años incluso. El planteamiento que se está haciendo es que es un hecho incierto. Puede haber cambios al haber un país menos, y eso condicionará; pero aún es pronto para saber cómo lo hará. No hay que olvidar que la primera política europea que se planteó en la UE fue la PAC como política de distribución de alimentos, de ayuda al sector primario. Es la política originaria y no será la más perjudicada.
