Petra y Petro son los personajes que esta semana están introduciendo a centenares de niños segovianos en un cuento con mucho fondo educativo, de educación medioambiental y, sobre todo, de sensibilización sobre la importancia de reciclar y cuidar el entorno.
Dentro del programa ‘No dejes huella’, diseñado por la Concejalía de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Segovia, la empresa especializada Dynámyca Sostenible ha organizado durante cuatro días, el viernes de la semana pasada y desde el lunes hasta hoy miércoles, dos sesiones diarias del cuentacuentos ‘Qué lata de lata’, a cargo de la compañía Saltatium Teatro, en las que están participando alumnos de 1º, 2º y 3º de primaria de trece centros educativos del municipio, prácticamente la totalidad de los que imparten este ciclo.
Estefanía Velasco, de Dynámyca Sostenible, y Felipe Arroyo, técnico de la Concejalía de Medio Ambiente, han comentado a El Adelantado que la respuesta de los niños está siendo muy buena y tanto ellos como los profesores salen encantados al final de las representaciones.
Velasco añadió que los dos personajes intentan, de una manera divertida y jugando con la participación e implicación de los escolares, dar a conocer a los más pequeños la importancia del reciclaje para cuidar el medio ambiente. Así, cuentan la historia de un pájaro, Martín Pescador, que cuando está pescando peces en un río se atraganta con una lata.
Durante la actuación, en el teatro de la Sala Ex.Presa 1 lleno a rebosar, se lanzan preguntas a los niños, algunos salen al escenario y, al final, por grupos, recogen toda la basura esparcida por el bosque representado sobre el escenario: cartón, papel y vidrio.
El mensaje es claro: “todos tenemos que implicarnos en la protección del medio ambiente”, señala Velasco.
Petra (Dora Pippo) y Petro (Sergio Artero) consiguen, con un lenguaje muy gestual y divertido, meterse en el bolsillo a niños, algunos de muy corta edad, que entienden el mensaje a la perfección y casi seguro se convierten en los garantes de que en sus colegios y en sus casas el reciclaje se convierta en un hábito tan normal como beber agua cuando tienen sed o comer cuando tienen hambre.