La del próximo 26 de febrero podría ser la penúltima gala de los Oscar que tenga lugar en el Teatro Kodak de Los Ángeles. Y es que la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas se está planteando la posibilidad de cambiar la sede de la ceremonia más famosa del mundo del espectáculo.
Después de casi una década en ese centro artístico de Hollywood, donde se celebran desde 2002, la semana pasada la Academia ejerció una cláusula prevista en el contrato y notificó al Grupo CIM, propietario del recinto, que tras la gala de 2013 puede mover los premios a otro lugar.
«Nuestro plan ahora mismo es ejercitar esta opción y esperar a ver qué pasa. Estamos abiertos a todo», afirmó Tom Sherak, presidente de la institución, que señaló que a él le encanta el Kodak y no se cansará de defenderlo como sede.
Pero también apuntó que, tras la gala de este año, y de cara ya a la de 2014, tendrá muchas ofertas y entonces será la directiva la que decida. «Esto es puramente una cuestión de negocios», aseguró un miembro de la junta directiva de la Academia. «La conclusión es que vamos a buscar otras sedes y a escuchar todas las ofertas. Y, en última instancia, podemos decidir quedarnos donde estamos, si podemos renegociar un contrato mejor», apuntó este directivo, que también apostilló que no pueden olvidar «las cosas que han pasado».
Se refiere, principalmente, a los problemas financieros por los que atraviesa Kodak, la firma patrocinadora que da nombre al recinto, a cambio de una cantidad anual.
El que fuera un gigante mundial de la fotografía no ha sabido hacer la transición que requirió el paso a la era digital y en octubre, aunque negó que estuviera en bancarrota, admitió que su situación era muy grave. Muy distinta de cuando en 2000 adquirió los derechos del nombre del teatro.
Kodak acordó pagar 75 millones de dólares durante 20 años para tener su nombre en el centro. Y desde entonces, ha hecho su pago de cuatro millones de dólares de forma religiosa. Pero si su situación se recrudece y no puede cumplir con su compromiso, habrá pelea por ser el patrocinador de la gala más vista del mundo.
