Un Almacén Temporal Centralizado (ATC) es una instalación pasiva donde únicamente se almacenan los residuos radioactivos. No produce energía. Está autorizado para un periodo de 60 años, aunque está diseñado para cien. A él irá todo el combustible gastado y los residuos de alta actividad de las centrales nucleares españolas, permaneciendo así en un solo lugar y una gestión única.
El almacén, físicamente, es una instalación industrial de aproximadamente 283 metros de longitud x 78 metros de ancho x 26 metros de alto, que ocuparía 13 hectáreas. El espesor de los muros es de 1,5 metros. Los conductos de aire de los edificios de almacenamiento alcanzan una altura de 45 metros respecto al nivel del suelo. El almacén consta de cinco espacios principales que reúnen en el mismo recinto el proceso integral para la gestión óptima de los materiales (área o edificio de recepción, el edificio de procesos, el edificio de servicios y sistemas auxiliares, los módulos de almacenamiento y la nave de almacenamiento de residuos de media actividad).
El combustible gastado y los residuos radioactivos que almacenará esta instalación están ya inventariados. Estas previsiones se recogen en un documento público que cuenta con la aprobación del Gobierno, el Plan General de Residuos Radioactivos.
La instalación gestionará 7.000 toneladas de combustible gastado en las nueve centrales nucleares españolas, los residuos de actividades procedentes del reprocesado de combustibles y unos 1.900 metros cúbicos de residuos de desmantelamiento de instalaciones nucleares, que por sus características no pueden gestionarse en el Almacén Centralizado de El Cabril.
Desde Enresa se insiste en que España debe afrontar la gestión de sus residuos radioactivos de alta actividad, al igual que en su día lo hizo con los de baja y media. Las piscinas de las centrales nucleares están casi saturadas. Además, próximamente volverán de Francia los residuos de alta actividad de la central nuclear de Vandellós I, según el contrato. En lo que respecta a los materiales procedentes del reprocesado del combustible gastado de la central nuclear de Santa María de Garoña, que se encuentran almacenados en el Reino Unido, también tienen que volver a nuestro país.
Para Enresa, la centralización en un único lugar es más segura que la dispersión en varias ubicaciones, ya que se optimiza la aplicación de las tecnologías y sistemas de seguridad pasivos y activos. El riesgo de la dispersión, concretamente en siete emplazamientos, se ha calculado que es mucho mayor al del transporte de este material hasta un almacén, ya que los contenedores donde se ubicarían han sido diseñados y certificados bajo normas internacionales de calidad y no han sufrido incidente alguno en la experiencia internacional.
Por otra parte, la solución de la gestión centralizada de los residuos es significativamente menos costosa que la construcción de un almacén para cada central.
