Primer cuarto del siglo XXI. Y aquí seguimos, celebrando unas fiestas centenarias que siguen con gran fuerza, ilusión y sentido. Un año más, tenemos la suerte -y el privilegio- de contar con muchas personas que, de forma desinteresada y comprometida, entregan su tiempo, su energía y a veces hasta un trocito de su vida personal para que las Fiestas de San Luis sean lo que son: grandes, vivas, auténticas.
Porque si algo une a este pueblo durante estos días, es el disfrute compartido, la alegría colectiva. Y eso solo es posible gracias a semanas, incluso meses, de esfuerzo silencioso por parte de quienes trabajan en la sombra: asociaciones, trabajadores municipales, voluntarios de protección civil, Guardia Civil, peñistas, profesionales y vecinos anónimos que hacen de todo para que todo funcione. Cada uno sabéis quiénes sois. Gracias de corazón.
Desde aquí queremos pediros algo sencillo pero importante: Respetad el trabajo de quienes lo hacen posible. Disfrutad con responsabilidad y alegría. Participad activamente en las actividades. Y, si podéis, colaborad con las asociaciones que se comprometen con el espíritu de estas fiestas.
A los más jóvenes, ese maravilloso colectivo, lleno de energía y ganas, que demuestran y aportan mucho y bueno: vivid las fiestas a tope, pero, sobre todo, siempre respetaros a vosotros mismos y a los demás y, que estas fiestas, también sean un ejemplo de convivencia y madurez.
No olvidemos nunca que detrás de cada actividad, de cada momento compartido, hay muchas personas implicadas. Y sin compromiso, no hay fiesta que aguante.
Demostremos una vez más qué clase de pueblo somos: acogedor, generoso, lleno de vida, de historia, de unión. Que se note que aquí se celebra con sentido, con respeto, con memoria y con futuro.
Así que vamos a cantar nuestro himno, a bailar, a desfilar, a reír, a emocionarnos y a reencontrarnos con quienes cada año encuentran en San Luis un punto de referencia en sus vidas.
