A falta de apenas dos días para la celebración de las elecciones en Ucrania, el principal enemigo del Gobierno de Kiev, el presidente ruso, Vladimir Putin, definió ayer de «guerra civil a gran escala» lo que está sucediendo en el país vecino, al tiempo que defendió que, si el Kremlin no hubiera aprobado la anexión de Crimea, se hubiera producido una masacre similar a la ocurrida a principios de mes en la ciudad de Odesa.
Durante su intervención en el Foro Económico de San Petersburgo, el dirigente lamentó que tras «el golpe de Estado» que derrocó a Viktor Yanukovich, la exrepública soviética se vea «sumida en el caos».
Además, y dando un paso más en el proceso de estabilización de la crisis, no solo con Ucrania, sino también con la comunidad internacional, Putin indicó que tratará «con respeto» los resultados de los comicios de mañana, a la vez que reconoció que el principal temor de Moscú es que en un futuro, el país vecino entre en la OTAN.
«Mañana Ucrania podría unirse a la Alianza, mientras que pasado mañana, partes del sistema antimisiles estadounidense podrían desplegarse allí», aseguró, justificando así sus miedos.
Asimismo, subrayó que las sanciones que tanto EEUU como la UE han adoptado contra la potencia exsoviética tendrán un efecto bumerán sobre Occidente, y dejó claro que la visión de un mundo «unipolar» ha fracasado.
Por otro lado, el jefe del Estado Mayor de Rusia, el general Valeri Gerasimov, anunció que llevará «al menos 20 días» replegar las tropas desplegadas en los alrededores de la frontera con Ucrania a sus bases permanentes.
El viceministro de Defensa, Anatoli Antonov, ya había señalado que el Ejército sacará en «cuestión de días» a todos los militares enviados a la zona limítrofe. «Lo verán, al 100 por 100. No dejaremos nada detrás», explicó.
La violencia sigue
Mientras tanto, en Ucrania, los combates entre unidades del Ejecutivo interino y separatistas prorrusos volvieron a cobrarse varias vidas en las regiones orientales.
En la autoproclamada república popular de Lugansk, al menos dos soldados murieron y siete resultaron heridos, mientras que cerca de Karlovka, a unos 30 kilómetros al noreste de Donetsk, un uniformado falleció y otros nueve tuvieron que ser atendidos al ser alcanzados por disparos de bala.
La violencia continúa en el este, mientras el presidente del país, Alexander Turchinov, llamó a los ciudadanos a acudir a las urnas para elegir un nuevo dirigente, pese a la inestabilidad que reina en algunas zonas. «El futuro de Ucrania depende del comportamiento de cada uno de nosotros», indicó. «Con los comicios culminaremos la formación de un Gobierno legítimo y responsable», agregó Turchinov, que no es candidato.
