Más de dos centenares de empresarios de Segovia y otras provincias, pero con origen en la provincia, se dieron cita ayer en el Colegio Casvi, de Villaviciosa de Odón, en Madrid, para participar en la cita que promueve cada año Juan Yagüe Sevillano, uno de los fundadores de la Asociación de Empresarios Segovianos en el Exterior (AESE).
Se cumplían diez años del primer encuentro en las dependencias de una de empresas que reflejan el espíritu emprendedor de una generación de segovianos obligados a dejar su tierra para labrarse un futuro mejor que el que les deparaban sus pueblos.
Cada edición concita a más personas en un acto que ya se ha consolidado y que cada vez es más esperado. Para muchos segovianos supone un reencuentro de amigos y de emprendedores que tienen en común su pasión por su tierra de origen. También se reúnen en esta ocasión políticos y representantes de las principales instituciones segovianas vinculadas al empresariado como la FES, la Cámara de Comercio, o el Centro Segoviano de Madrid.
Para el presidente de FES, Andrés Ortega, el “esfuerzo” que realizan muchos para estar este día con sus compañeros, da idea de lo que supone compartir vivencias y sentimientos. Recordó que no sólo se desplazan madrileños y segovianos, sino también personas procedentes de Asturias, Barcelona o Vitoria, entre otros puntos de origen.

El presidente de AESE, Venancio de Andrés, también lo defendió: “Es un punto de encuentro, de sinergias, de intercambio de experiencias y cariño”. Y recordó algunas de las características que comparten: “tesón, afán de superación, talento y capacidad de trabajo”. “Segovia nos une hoy. Nos une nuestro amor por Segovia. Es un acercamiento a nuestros orígenes”. Y remarcó que los ‘empresarios en el exterior’ continuarán siendo “embajadores de nuestra tierra”, agregó.
Pedro Palomo, presidente de la Fundación Empresa Familiar de Castilla y León, se refirió a los valores que caracteriza a los empresarios, como las miras a largo plazo, algo que los distingue de la mayoría de políticos. “Empresarios que pensamos y miramos con las luces largas, no sólo en la cuenta de resultados; sino en algo más allá como es la continuidad de la empresa”. Defendió el papel que desempeñan los empresarios en la sociedad. Y mostró su preocupación por los efectos que causa el “populismo y la polarización de la sociedad que entorpecen el crecimiento de las empresas”. Por ello pidió a quienes tienen una responsabilidad pública, que “piensen en el bien común y no en el de unos pocos”.

Cerró el turno de intervenciones el anfitrión, Juan Yagüe, que volvió a ejercer de docente, labor que viene desempeñando desde hace 63 años. Dictó su lección magistral. Comenzó hablando de su experiencia personal: “Esperar y no parar es lo que yo he hecho en el transcurso de mi trayectoria laboral. Nosotros somos mayores. Ahora tenemos que llevar y acercar nuestra sabiduría a los jóvenes”.
En un corto, pero denso discurso, afirmó: “El éxito en el mundo raramente tiene correspondencia con el mérito. ¡Cuántas veces, personas cargadas de mérito, no tienen éxito. En cambio, otros, sin apenas mérito, consiguen fácilmente el éxito!”, exclamó. “Siempre debemos esforzarnos por alcanzar el mérito”, aconsejó.
Juan Yagüe, agradecido, no olvida sus orígenes y el hecho de haber podido ingresar un día como alumno en el Seminario de Segovia. En aquella época “no era posible que los hijos de familia humilde pudieran estudiar, máxime si esa familia era super numerosa. Era imposible, pero llegó ese día”. “Ahora pienso que la trayectoria de mi vida dedicada a la docencia es una vocación que se despertó en mi infancia. Siempre tuve gran aprecio a la labor de mis profesores y ratifico las palabras de Arturo Graf, que dijo: Excelente maestro aquel que, sin enseñar mucho, hace nacer en el alumno el deseo de aprender”.




