Las pulgas llegarán pronto a la Casa de la Moneda. Que nadie piense en una invasión del insecto, sino en esa variedad de aperitivo, de panecillo relleno, sea de tortilla, jamón o escabeche. Y es que el adjudicatario de la explotación de la cafetería y restaurante de la Casa de la Moneda deberá incluir entre los aperitivos del establecimiento “dos ejemplos de pulgas, piscolabis (sic) o similar”.
El Ayuntamiento no ha dejado nada al azar y en el pliego para adjudicar el servicio de hostelería fija toda una serie de condiciones para garantizar una calidad e imagen acorde con el emblemático recinto recientemente rehabilitado, construido en 1583 y considerado como el edificio industrial más antiguo que se conserva en el mundo. El pliego para adjudicar el servicio condiciona a los aspirantes aperitivos y menús que, como mínimo, deberá ofrecer la cafetería y el restaurante. Llega incluso a poner un límite a los precios — el desayuno completo no podrá exceder de 2,40 euros (sin IVA)— y a bautizar algunos productos que el hostelero deberá ofrecer de forma obligatoria, como el Menú Eresma o la Cena Clamores.
El adjudicatario asumirá la explotación del lugar del edificio destinado a cafetería y restaurante. También podrá hacer uso de otros espacios al aire libre —con la colocación de mesas y sillas—, como el patio de canales y dos terrazas —la situada sobre el río y la exterior, en la zona de acceso—.
Asimismo, deberá hacerse cargo de los servicios de catering para participantes en conferencias, coloquios y otras actividades; y explotar el inmueble denominado “Residencia”: cuatro dormitorios con baño individual, salón, cocina y una gran terraza. Además también podrá hacer un “uso ocasional” para eventos —previa autorización del Ayuntamiento— de los espacios comunes del complejo; concretamente la Sala de Fundición y la capilla del Edificio Cultural.
El objetivo de la cafetería-restaurante de la Casa de la Moneda, según reza el pliego, es que se convierta en un punto de referencia y de encuentro de personas y visitantes interesados en la cultura, en el arte o en las rutas de turismo cultural de la ciudad.
Tres tenedores
El adjudicatario deberá prestar un servicio de restauración destinado al visitante “que busca un servicio rápido y a precios asequibles”; pero también otro “elaborado y creativo, a la carta y de categoría equivalente a tres tenedores”.
Para la cafetería, los aspirantes deberán presentar cuatro ejemplos de “menú del día”; otro ejemplo de un menú de bajas calorías; uno más de tipo vegetariano y otro “al gusto infantil”. También tienen que ofrecer dos ejemplos de sandwich, dos más de pulgas o piscolabis y hasta cuatro propuestas de aperitivos. Para el restaurante, las condiciones no son menos flexibles. El empresario que aspire a asumir el contrato deberá presentar ocho ejemplos de platos: dos entrantes de invierno y dos de verano; dos segundos platos de invierno y dos de verano y cuatro de postres; además de cuatro propuestas de vino tinto, dos de blanco y dos de cava.
Ahora bien, como requisito “mínimo y obligatorio”, el licitador deberá presentar un “Menú Casa de la Moneda”. Bajo este epígrafe, deberá ofertar los siguientes productos: un desayuno — con café, bollería o tostada— a un precio máximo de 2,40 euros (sin Iva); el Menú Eresma —aperitivo, cuatro primeros a elegir, otros cuatro segundos, postre o café+agua o vino de la casa—, que costará, como precio máximo, 14,90 euros (sin Iva). También el denominado “Almuerzo ejecutivo”, integrado por un aperitivo, un plato combinado o sandwich, más agua o vino de la casa y café, a un precio máximo de 9,90 euros (sin Iva). Los clientes del restaurante también podrán disfrutar de la denominada “Cena Clamores” —de oferta similar al Menú Eresma— y que costará un máximo de 19,90 euros (sin Iva) por comensal.
El pliego establece, literalmente, que el bar-restaurante es un espacio integrado en el complejo y que, en consecuencia, deberá ser “ejemplo de calidad y servicios”, por lo que quedarán excluídos restaurantes temáticos y de comida rápida. Por tanto, que nadie piense que McDonald’s, Burger King o Telepizza desembarquen en la Casa de la Moneda.
Eso sí, los precios —que deberá aprobar anualmente el Ayuntamiento— tendrán un porcentaje de descuento para usos institucionales. En ese caso puede que las “pulgas”estén a mitad de precio.
Un canon de 48.000 euros anuales
El Ayuntamiento aprobó, el pasado 30 de noviembre, el pliego de condiciones para contratar la explotación de la cafetería, las terrazas y el edificio denominado como Residencia. El pliego, que fue aprobado con el apoyo de PSOE e IU y el rechazo del PP, establece un canon mínimo de explotación de 48.000 euros anuales (sin Iva), que se abonarán en periodos trimestrales. La duración de contrato se establece en 10 años, prorrogable por otros diez, en periodos bianuales. Para ello, el adjudicatario deberá solicitar la prórroga con una antelación mínima de tres meses.
El grupo municipal del PP se ha mostrado muy crítico con el pliego, al entender que el contrato “desnaturaliza” el proyecto del Real Ingenio. Los populares señalan que no se trata solo de adjudicar el servicio de cafetería y restaurante, dado que el adjudicatario también podrá hacer uso de los espacios comunes del complejo, del inmueble destinado a Residencia y, de forma ocasional, del edifico cultural. “Se alquila toda la Ceca por 4.000 euros al mes, es un auténtico chollazo”, afirmó Mercedes Sanz (PP).
