El expresidente de la Generalitat Jordi Pujol citó, en su declaración como imputado ante la juez, un supuesto documento manuscrito de su padre en que le expresa la voluntad sobre el legado que dejó a la familia del político, pero no lo aportó ni presentó ninguna documentación al respecto.
Según explicaron a Europa Press fuentes judiciales, Pujol reiteró —a preguntas de la juez y del fiscal— que los fondos ocultos en el extranjero sin regularizar más de 30 años provinieron del legado del padre, Florenci Pujol, como ya había dicho en su carta de confesión y después ante el Parlament.
En su declaración de algo más de dos horas, aseguró que no consta más documentación que ésa porque el padre hizo la fortuna en su momento de forma “ilegal” con el cambio de divisas; y también dio el nombre de la persona de su confianza que gestionó este patrimonio en Andorra: Delfí Mateu, ya fallecido.
Sin que nadie en la sala le preguntase por ello, Pujol aseguró por propia iniciativa que los fondos ocultados en el extranjero no provienen de la corrupción ni del “erario público” e insistió en que se corresponde con ese legado que el padre dejó a su esposa, Marta Ferrusola, y a sus hijos, pero no a él por miedo de su actividad política.
Esa supuesta herencia de su padre, que en 1980 cuando la dejó era de 140 millones de pesetas, se multiplicó hasta los 500 millones en la actualidad, según él, gracias a inversiones financieras que la familia ha hecho en Andorra, donde estuvo gestionado por esta tercera persona: tampoco sobre esto ha presentado documentación ni extractos bancarios sobre esto.
Pujol insistió en que decidieron no regularizar esos fondos durante más de 30 años por el miedo a la situación política, y a este respecto incluso aludió a la época en que el expresidente estuvo en prisión por su oposición a la dictadura franquista.
El expresidente de la Generalitat Jordi Pujol y su mujer, Marta Ferrusola, llegaron sobre las 9.30 horas a la Ciudad de la Justicia de Barcelona para declarar ante la juez como imputados por delitos contra la Hacienda Pública y blanqueo de capitales a causa de los fondos ocultados en el extranjero sin declarar durante más de 30 años.
El matrimonio llegó en coche y entró en el edificio por el acceso de Gran Via rodeado de un fuerte dispositivo policial de antidisturbios, donde fueron recibidos con bocinas, silbidos y gritos por parte de media docena de manifestantes, que portaron pancartas con lemas como ‘Vagi-se’n a la merda família Pujol Ferrusola’.
Aproximadamente media hora antes llegaron los abogados de Pujol, Cristóbal Martell y Albert Carrillo; y ni el matrimonio ni los letrados quisieron hacer declaraciones al entrar en los juzgados.
A la salida el expresidente Pujol se negó a hacer declaraciones a los periodistas, pero sí se limitó a decir: “Las declaraciones las he hecho ante quien tenía que hacerlas”.
