Venía de triunfar en dominio francés. De Dax a Cantalejo con el aura de un torero maduro, entonado y con confianza. Jesús Martínez ‘Morenito de Aranda’ volvió al coso briquero para dejar una faena maciza con aroma a Ribera del Duero. Solo los aceros redujeron el premio a una oreja. Mismo premio que cosecharon el torero brasileño vecino de Cantalejo, Igor Pereira, que mostró estar más hecho, y el novillero sepulvedano Eusebio Fernández, que ofreció un concepto clásico que caló entre cierto sector del público. En el apartado ganadero resultó un festejo con matices: toros buenos, uno con problemas de visión, otro complicado, de vuelta al ruedo y uno que llamó la atención de salida, que se quedó sin ver al partirse un pitón. Un pantone ganadero el de Domingo Hernández.
El primero de la tarde acusó algún tipo de problema de visión por el ojo izquierdo, una circunstancia que condicionó el transcurso de la lidia. Salía abierto del capote del ribereño y en la muleta pronto buscó tablas. Morenito de Aranda intentó cuidarlo y centrar su actuación por el pitón derecho, pero el astado anduvo además falto de raza y apenas hubo lugar a lucimiento. Voluntad del torero burgalés, que cerró de un certero espadazo. El respetable supo reconocer el esfuerzo del arandino y recogió una ovación.

Largo, gordo y con morrillo el segundo de su lote. Un toro que destiló clase y humilló en los engaños de Morenito de Aranda, que abrió el compás para hartarse a torear. Muy artista y arrebatado, el ribereño dejó la faena de la tarde. Los detalles por bajo, un deleite. Los “olés” salían solos entre el público. Sin embargo, dos pinchazos redujeron el premio a una oreja.

El segundo, un toro hondo, gordo y con morrillo, salió rematando en los burladeros, pero las opciones que planteaba su vistosa presentación se estrellaron en el tercio de varas donde se partió un pitón. En su lugar tomó parte un ejemplar del mismo hierro, más recogido de cuerna y fino. Un astado de muy buena condición y bravo en la muleta, que tuvo fijeza y recorrido. Metió la cara con calidad y pedía llevarlo enganchado desde el principio. Muy decidido, despejado de mente, y firme estuvo Pereira que hilvanó pases desde el embroque con dominio. Destacada actuación del torero local, que rubricó de un estoconazo para cortar una oreja. El toro fue aplaudido en el arrastre.

Después, tras un despropósito de tercio de varas, el subalterno Raúl Cervantes dejó un meritorio par de banderillas dando el pecho al animal. Fue un toro malo que no dio ninguna opción y resultó complicado, al quedarse en cada viaje. Disposición del diestro local, que recogió el cariño de sus paisanos.

Fernández recibió al primer utrero de su lote con una larga cambiada de rodillas para después mecer el capote a la verónica. Se mostró con soltura el sepulvedano y quiso llevarlo al peto del caballo con chicuelinas al paso. Tras un medido puyazo, el sobresaliente, Carlos Enrique Carmona, realizó un quite por tafalleras. Fernández firmó una faena de toreo clásico, buscando los detalles por abajo, ante un novillo repetidor y con codicia. Falló a espadas y su labor quedó en una vuelta al ruedo. El comportamiento del astado también fue reconocido en el arrastre.

Cerró la tarde el sepulvedano, que brindó a sus compañeros de cartel. Fernández volvió a poner en liza un concepto clásico ante un buen novillo. Dejó templadas verónicas para después dar tiempo al utrero y dejar pasajes notables hasta que resultó prendido. A partir de ese momento, el animal fue a menos y la actuación quedó algo mermada. Finalizó de un espadazo y paseó un trofeo.

Ficha
Plaza de Toros de Cantalejo (Segovia). Tercer festejo de la Feria de la Virgen de la Asunción y San Roque. Dos tercios de entrada. Cuatro toros de Domingo Hernández (segundo bis), muy buenos segundo bis y cuarto; y dos novillos del mismo hierro, el que salió en tercer lugar fue reconocido con la vuelta al ruedo.
Jesús Martínez ‘Morenito de Aranda’, ovación y oreja.
Igor Pereira, oreja y vuelta al ruedo.
Y el novillero Eusebio Fernández, vuelta al ruedo y oreja.
