Rulo y ‘la contrabandita’, como denominó el propio artista a su reducido número de músicos por las condiciones sanitarias y dimensiones del escenario, puso el punto y final a ‘Los Veranos del Pidal‘, una iniciativa puesta en marcha por el Ayuntamiento de El Espinar para este verano tan atípico y que ha llevado hasta la localidad a los mejores artistas, monologuistas y espectáculos del panorama internacional.
Raúl Gutiérrez, más conocido como ‘Rulo’, deleitó a todos los espinariegos y visitantes con una especie de concierto en acústico donde su guitarra, el batería y Fito, su compañero y amigo de su infancia en Reinosa, interpretaron temas como ‘Mi cenicienta’, ‘Noviembre’ o ‘Heridas del rock and roll’, haciendo saltar en sus asientos a todo el patio de butacas.
Estaba previsto que el concierto durara alrededor de una hora, pero Rulo, que siempre hace “lo que le da la gana” y nunca toca “las canciones que el público pide”, se extendió hasta pasada la media noche antes de regresar a su casa, agradeciendo al Ayuntamiento de El Espinar la oportunidad de tocar en un enclave tan maravilloso con las montañas espinariegas de fondo, en un momento tan difícil para el sector de la música.
El concierto de Rulo fue el último, pero por el escenario del Teatro Auditorio Gonzalo Menéndez Pidal han pasado artistas de la talla de Demarco, Miguel de Molina, Susi Caramelo o Maureen Choi. Las entradas estaban todas vendidas, respetando las distancias de seguridad y las normas sanitarias propias del Covid-19. Los voluntarios de Protección Civil velaron por que nada fallara, como así fue.
Ayer estaba previsto que se celebrara el segundo evento de los ‘Conciertos solidarios el kilo’, una iniciativa de las concejalías de Cultura y Asuntos Sociales, con grupos locales, que fue cancelada por la organización por motivos que aún se desconocen, aunque todo hace indicar que el motivo principal fue el aumento de casos positivos de coronavirus. El grupo local ‘Los Subertiaden pop&rock’ tuvo que suspender su actuación. Para estos conciertos no se venden entradas y para acceder, hay que aportar un kilo de alimentos no perecederos por persona, que son donados al banco municipal de alimentos.
