La tradición de planificación forestal en Castilla y León es muy antigua, existiendo en la actualidad montes que conservan ordenaciones en vigor desde finales del siglo XIX, lo que permite hacer una revisión histórica. El primer mandato de realización de un modelo de ordenación científica fue el del monte ‘Dehesa de la Garganta, en El Espinar, en 1859, aunque la aprobación del primer Proyecto de Ordenación de Monte Público en España fue el del monte ‘El Quintanar de Avila’, en 1882.
El monte ‘Dehesa de la Garganta’, nº 144 del Catálogo de Montes de Utilidad Pública de la provincia de Segovia, pertenece al Ayuntamiento de El Espinar, ya las casi 3.000 hectáreas de Pinus sylvestris se encuentran en su término municipal.
Debe su nombre a la configuración de sus laderas que, mayoritariamente pobladas por pino albar, ali mentan al río Moros, que nace en el interior de La Garganta y es un afluente del río Eresma.
La fauna es abundante y variada, destacando la presencia estable de especies singulares como el buitre negro. Este monte está incluido en la Zona de Especial Protección par las Aves (ZEPA) de El Espinar.
El municipio de El espinar compra el monte en el año 1381 porque hasta entonces era de propiedad privada y se denominaba Garganta de Ruy Vázquez. Su importancia para la localidad serrana es tal que en 1626 sirvió de hipoteca para la consecución del privilegio de Villa, otra compra a Felipe IV para separarse de la ciudad de Segovia.
La historia de la ordenación de este monte comienza en 1859, cuando se crea e instala en el mismo la Escuela de Prácticas de los alumnos de la Escuela Especial de Ingenieros de Montes de Villaviciosa de Odón. Su primer director fue José Jordana y entre los objetivos inciales de este centro se encontraba la realización del primer proyecto de ordenación que sirviera de modelo para sucesivos proyectos en toda España.
La memoria de reconocimiento, redactada por Jordana en 1862, contiene un pormenorizado estudio descriptivo del monte, con un análisis exhaustivo de los aprovechamientos forestales y de las costumbres de los vecinos de El Espinar relacionadas con la Garganta: carboneo, gabarrería, etc.
Según sostienen los expertos José Ceballos Aranda y Juan Carlos Martín Muñoz en una ponencia realizada en 2000 para la 3ª Reunión Ordenación de Montes, publicada en el Cuaderno de la Sociedad Española de Ciencias Forestales, se trata de un documento “clave tanto para la historia forestal española como para el conocimiento del monte desde una perspectiva histórica”.
El inventario que se incorporó al proyecto fue realizado por Romero y Villacampa y está considerado como el primero forestal científico de la historia española. Lo llevaron a cabo siguiendo el método de superficies a prueba, para lo cual seleccionaron 16 parcelas de una hectárea cada una, representativas de los distintos tipos de masa forestal. Así midieron los diámetros y alturas de todos sus pies (árboles) y calcularon las existencias y crecimientos de las parcelas y, por extensión, del conjunto del monte.
Estos dos ingenieros elaboraron también el primer plano de rodales de La Garganta, esbozando una primera división dasocrática que, por su coherencia, sencillez y estabilidad fue básica para la posterior ordenación definitiva del monte.
Precisamente, esa fase de ordenación propiamente dicha no llegó a realizarse en ese momento, sino una Propuesta del Método de Ordenación. El Proyecto de Ordenación fue redactado finalmente en 1896 por Marcelo Negro y desde entonces se han redactado las correspondientes revisiones, durante todo el siglo XX, decenales.
