Nuestro organismo puede actuar contra el cáncer y modificar la historia natural de la enfermedad hasta ganar la guerra a un tumor mortal. La batalla, un cara a cara, puede librarse desde dentro.
La inmunología aplicada al tratamiento de pacientes oncológicos (inmunooncología) representa una nueva estrategia, radicalmente distinta a la quimioterapia convencional, que está ofreciendo resultados prometedores ante diferentes tipos de tumores como el melanoma avanzado o el cáncer de pulmón.
Las principales características, aportaciones y retos de este método terapéutico fueron expuestas ayer en el Seminario de Periodistas Curar y Cuidar en Oncología, que reunió a oncólogos, médicos, pacientes y profesionales de los medios de comunicación en el Parador de Segovia. El encuentro, titulado ‘Nuevos modelos de aproximación al cáncer ante la llegada de los tratamientos inmunoterápicos’, ha sido organizado por la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), en colaboración con MSD en España.
Los distintos ponentes explicaron que el sistema inmunológico reconoce todo lo que es extraño al organismo y es capaz de reconocer al cáncer y de eliminarlo. La teoría de la vigilancia inmunológica muestra que “a lo largo de nuestra vida desarrollamos múltiples tumores malignos que son eliminados por el sistema inmunológico”, explicó el doctor Alfonso Berrocal, jefe de sección del Servicio de Oncología del Hospital General Universitario de Valencia. El problema radica en que las células tumorales “son muy sabias” y son capaces de mutarse y camuflarse para evitar el control inmunológico.
Los últimos avances ya puestos en práctica hacen que haya fármacos que permiten estimular al sistema inmune para que pueda identificar a las células cancerosas más esquivas y neutralizar su resistencia. “En Oncología supone un cambio radical de planteamiento. Ya no nos dirigimos a destruir el tumor sino a mejorar al paciente para que sea su sistema inmunológico el que luche contra el cáncer”, explicó Alfonso Berrocal, destacando que son tratamientos “muy poco tóxicos” y menos agresivos que la quimioterapia o las terapias dirigidas, que ya muestran valiosos resultados. “Uno de cada cinco pacientes con melanoma metastásico que estaba condenado a fallecer está vivo a los cinco años de seguimiento, (…) y en cáncer de pulmón —, añadió el doctor Berrocal— tenemos datos de supervivencia de que a los cuatro años está vivo un tercio de los pacientes tratados cuando también eran enfermos que tenían una expectativa de vida no superior al año”. Según se mostró en el encuentro sanitario esta modalidad terapéutica es capaz de proporcionar un beneficio clínico importante en las patologías tradicionalmente de peor pronóstico.
La presidenta de la Sociedad Española de Oncología Médica, Pilar Garrido, destacó el compromiso de SEOM con la divulgación del conocimiento científico y señaló que estamos ante “un novedoso abordaje terapéutico que está dando resultados muy interesantes en algunos tumores; los oncólogos médicos estamos encantados de tener más opciones para nuestros pacientes”.
El jefe de sección del Servicio de Oncología Médica del Hospital Universitario La Paz, Javier de Castro, advirtió que a pesar de que los primeros resultados resulten esperanzadores, “tenemos que ser cautos, porque no sabemos todavía si la inmunoterapia puede ser eficaz en todos los tipos tumorales y en qué momentos de la enfermedad tumoral debería ser utilizada. Este es el gran desafío que tenemos por delante para los próximos años”.
Según explicó el doctor Berrocal, parte de este futuro pasa por la formación de los profesionales. “Es imprescindible la formación ya que los tratamientos inmuno-oncológicos están en continuo cambio y desarrollo. Además es necesaria la formación de otros especialistas involucrados en el manejo de los pacientes con cáncer”.
El perfil del paciente que más se beneficiará de este tratamiento es uno de los campos en los que más se está investigando en la actualidad, ya que no es aplicable a todo tipo de enfermo oncológico (el mecanismo de acción de este tratamiento tiene una latencia y el paciente debe tener una situación basal aceptable), ni de tumor (cuanto más distinto sea éste de las células normales del organismo mejor es la respuesta inmunológica, de forma que a mayor número de mutaciones mayor probabilidad de respuesta).
Otro gran reto es el acceso a estos medicamentos. “Son extraordinariamente caros y la regulación para el acceso al mercado esta siendo desesperadamente lenta”, declaró a esta redacción el Alfonso Berrocal recordando que el tiempo corre en contra. Desde que los profesionales tienen información de su eficacia hasta que pueden administrarlos “pueden pasar tiempos superiores al año o año y medio y eso supone que haya pacientes que pierdan la oportunidad de ser tratados”, lamentó el oncólogo.