Dejadas están atrás, esas llamadas ‘no fiestas’; han sido días extraños donde los recuerdos se diluían en la responsabilidad, conforme a las indicaciones de las autoridades competentes. Por supuesto, no han faltado los que han hecho caso omiso a esas indicaciones, pero la gran mayoría de la población ha mantenido una actitud responsable con esas indicaciones, lo que, esperemos, redundará en la deseada derrota del ‘virus’ que tanto daño ha causado y sigue causando.
Un nuevo curso escolar, regreso a los trabajos cotidianos esperando un devenir de buenas noticias que buena falta le hace al personal. En la Villa de Cuéllar se van a abordar importantes obras urbanas, como las que se ejecutarán en la calle de La Pelota y en parte de la Plaza de San Francisco. Ambas, esperemos, colmen las expectativas que los vecinos ponen en ellas y no generen desencanto.
Por otra parte, el Ayuntamiento, a la adquisición de la finca que fue parte del Convento de San Francisco, suma una nueva adquisición, la de la que se intitula de ‘Los Altos del Castillo‘, parcela a medio construir que fue muy criticada por su incidencia en espacios tan cercanos al castillo, la iglesia de San Martín y las murallas. Una cosa es adquirir, si se tiene dinero para ello, y otra actuar sobre los inmuebles. ¿Cuál será su destino?
