No hay duda de que Portugal quiere un cambio y así se desprende tras la victoria sin paliativos del líder de la oposición. Pedro Passos Coelho, de 47 años, candidato del conservador Partido Social Demócrata (PSD), será el próximo jefe de Gobierno de Portugal, según los primeros resultados oficiales que le dieron una clara victoria en las elecciones legislativas de ayer, con un porcentaje que se acerca al 41,4% de los votos. El centro-derecha portugués se lanzó a la calle a festejar su mejor resultado electoral de los últimos 20 años que le pondrá al frente del Gobierno en el período más crítico de la historia lusa desde la Revolución de los Claveles.
El primer ministro saliente y candidato del Partido Socialista (PS), José Sócrates, gran derrotado, obtuvo el 28,9% (36,5% en 2009). En tercer lugar queda Paulo Portas, candidato del derechista Centro Democrático Social (CDS), con el 10,8% (10,4%). El arco parlamentario se cierra con los dos partidos a la izquierda de los socialistas, la coalición de comunistas y Verdes, con el 6,7% (7,8%), y Bloco de Esquerda, con el 4,2% (9,8%). La crisis económica que sufre Portugal y las estrictas medidas de austeridad que se ha comprometido a adoptar para recibir 78.000 millones de euros de Bruselas y el Fondo Monetario Internacional (FMI) han acabado por desalojar del poder a Sócrates, que retuvo el poder en los comicios de 2009 pero sin mayoría absoluta.
El portavoz del Gobierno, José Viera da Silva, reconoció la amplitud de la derrota. «Son resultados claros que todo el mundo tiene que reconocer», puntualizó ante los decepcionados militantes socialistas congregados en un céntrico hotel lisboeta. Todo lo contrario de la euforia que se vivió en la sede del PSD, cuyo secretario general, Manuel Relvas, subrayó que el resultado de las elecciones «es el reconocimiento de un proyecto de cambio y de esperanza para Portugal».
Vuelco
La amplia victoria de Passos Coelho supone un vuelco en el escenario político portugués, dominado por el PS desde febrero de 2005. El ganador acaricia la mayoría absoluta: los primeros resultados le atribuyen entre 107 y 121 diputados, que es la mitad más uno de los 230 diputados del Parlamento unicameral portugués, llamado Asamblea de la República. Si no gobierna en solitario, el PSD buscará una alianza con el CDS -que ayer ya mostró su disposición-, en una reedición de la coalición que gobernó entre marzo de 2002 y febrero de 2005.
Hasta el sábado había una unanimidad aparente en Portugal sobre la necesidad de un Gobierno de amplia base parlamentaria para aplicar el duro programa de austeridad pactado con la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional (FMI), a cambio de un préstamo de 78.000 millones de euros. Portugal ha tenido varias alianzas de gobierno, del PS y CDS (1976 y 1977), PS y PSD (el llamado Bloco Central de 1983-1985), y el PSD y el CDS entre 2003 y 2005. Pero después de la contundente victoria de Passos Coelho, la tentación de gobernar en solitario puede ser una posibilidad.
Desencanto
La jornada se desarrolló con total normalidad, en un día caluroso que muchos portugueses aprovecharon para pasar en la playa. El clima y el desencanto político que predomina en el país no invitaba a ir a las urnas, como refleja la elevada abstención, que se situó en el 42%. En las legislativas de 2009 fue del 40,3%. Doscientos mil portugueses estuvieron en condiciones de votar por primera vez en unas elecciones legislativas, por haber cumplido 18 años.
El vencedor votó a las 11 de la mañana en Lisboa. Ante el acoso de los periodistas, Passos Coelho hizo unas breves declaraciones para decir que Portugal está en un período difícil, «pero este país comenzará a tener prosperidad dentro de dos o tres años». Y añadió: «El país sabe que es observado por el exterior con mucha atención».
