Los internos del centro penitenciario de Segovia culminaron este mes de octubre la peregrinación a la ermita de San Frutos.
Desde al año 2012 un grupo de presos junto con profesionales del centro, educadores y voluntarios realizan esta actividad, enmarcada dentro de los programas de reinserción que el centro penitenciario lleva a cabo con los internos. A lo largo de estos doce años han sido muchos los internos que se han visto beneficiados de esta actividad cuyo objetivo más importante es favorecer los procesos de reinserción que se llevan a cabo en el interior de la prisión.
La Fundación Horizontes Abiertos creada por el jesuita Padre Garralda que trabaja incansablemente con los más desfavorecidos de la sociedad, desarrollando programas de reinserción y de acompañamiento en muchas de las cárceles de nuestro país, atendiendo a las madres con hijos/as en prisión con programas de atención a los niños/as que sacan de las cárceles para que el estigma penitenciario no les marque para el resto de sus vidas, programas de rehabilitación de internos con problemas de drogodependencia como es el caso de Segovia que desde el año 2002 crea el Modulo Terapéutico, llamado» Proyecto Loyola», que junto a los profesionales penitenciarios trabajan para que estas personas puedan reinsertarse de nuevo en la sociedad.
El Camino de San Frutos se ha convertido para el centro penitenciario en una herramienta para trabajar los procesos tanto individuales como de grupo de los internos que participan.
Fueron los internos del centro penitenciario de Segovia, los primeros que realizaron el Camino de San Frutos, en Marzo de 2012, iniciativa que partió de Teresa Herranz directora del periódico segoviano El Adelantado de Segovia, que cada año también colabora con el proyecto de reinserción.
Este programa ha recibido el impulso de la «Caixabank» a través de las convocatorias de PROYECTOS SOCIALES, también colabora la Fundación Torreón de Lozoya, con el apoyo del centro penitenciario.
Durante cuatro etapas el grupo del centro penitenciario han recorrido los casi 80 km que separan Segovia de la Ermita de San Frutos, han podido disfrutar del paisaje, de la gastronomía, visitar algunas de las Iglesias románicas que jalonan el recorrido, así como compartir experiencias con los profesionales, voluntarios y personas que les han acompañado en las distintas etapas. Cada año al pasar por CABALLAR, es una parada obligada para visitar LA FUENTE SANTA, así como la Iglesia donde se encuentran las calaveras de San Valentín y Santa Engracia, hermanos del San Frutos. Carmen, la que fue alguacila durante muchos años en esta localidad, nos cuenta frente a la Fuente Santa, las famosas «Mojadas de Caballar» que ella ha vivido en primera persona en alguna ocasión.
La última etapa que discurre por el entorno de las Hoces del Duratón y finaliza a los pies de la Ermita, en la que JAIME, párroco de Sepúlveda, que les acompaña durante esta jornada, les dirige a los internos unas palabras de aliento y ánimo para su próxima vida en libertad una vez dejen cumplida sus condenas.
