Sufriendo, como se consiguen la mayoría de las victorias importantes, el Viveros Herol Nava se hizo con los dos puntos en la cancha del pabellón Fernando Argüelles de Antequera, en un encuentro en el que la actuación de los guardametas fue extraordinariamente destacada, con especial mención a Yeray Lamariano, que tras una primera parte a buen nivel, tras el descanso elevó su porcentaje de aciertos hasta niveles estratosféricos.
Las previsiones auguraban un partido igualado, y durante el primer tiempo ambos conjuntos cumplieron el pronóstico, aunque el equipo de casa hizo las cosas un poco mejor, sobre todo en el apartado ofensivo, evitando las pérdidas de la posesión y finalizando la mayoría de sus acciones, obligando a Yeray a emplearse a fondo. El Viveros Herol estuvo más fallón en ese apartado, con algunas pérdidas que le condenaron a marchar por detrás en el marcador, aunque la desventaja en ningún momento se fue más allá de los dos goles.
Era, sin duda, un encuentro en el que los detalles iban a ser importantes, y por ese motivo tanto Conservas Alsur como Viveros Herol se aplicaron con mucha intensidad en el 6:0 defensivo, obligando al oponente a invertir un buen puñado de segundos en sus acciones, buscando los locales la buena colocación de José Antonio Jiménez en el pivote, y los segovianos la posibilidad de los lanzamientos exteriores de Agustín Casado y Adrián Rosales.
DE PORTEROS, Y PORTERAZOS
Tras unos primeros minutos en los que la iniciativa en el marcador fue para el equipo de Dani Gordo, unos buenos minutos de producción ofensiva del Antequera le dieron la vuelta a la tortilla, con un parcial de 3-0 que fue rápidamente abortado por los visitantes, quienes iban prácticamente copiando lo que hacían los antequeranos en el partido, respondiendo a un gol con otro, y desaprovechando los ataques cuando el Conservas Alsur fallaba. Pero a diez minutos para el final, dos pases sencillos errados por Toma Brakocevic le dieron al equipo de casa la posibilidad de volver a estirar el marcador, aunque Yeray minimizó los daños, y una suspensión de Adrián Rosales colocó el 11-10 en el electrónico que dejaba todo por decidir para la segunda parte.
El Viveros Herol que salió a la cancha tras el descanso mantuvo el nivel del primer tiempo, pero no así el Antequera, que en unos minutos irregulares en los que empezó a estrellarse no sólo contra Yeray, sino también contra el muro que representaba la zona central de la defensa segoviana, se dejaba la renta en un corto espacio de tiempo, pero no porque el Nava machacara a la contra, ya que el repliegue defensivo local era extraordinario, sino porque los ataques segovianos sí eran lo suficientemente certeros como para que las diferencias pasaran a ser en favor de los visitantes.
La defensa abierta del equipo antequerano dejaba opciones para que Agus amenazara lo suficiente en el uno contra uno, dejando a Adrián el metro justo para poder armar el brazo y poner en complicaciones la portería de Maireles, que acabó siendo sustituido por Fernando Torres, en una acertada decisión del banquillo local, porque la actuación del segundo portero fue muy importante para su equipo, tanto como en momentos decisivos para el choque lo fue el acierto de Llopis en los siete metros, y la decisión de Nicolo D’Antino para entrar desde el extremo cuando el balón más quemaba en las manos segovianas.
El equipo tiró de experiencia cuando, a dos minutos para el final, se quedó con uno menos por la exclusión de Rosales
Y, evidentemente, Yeray. Parece mentira que en un deporte con tanto trabajo táctico, baste con tener un portero en estado de gracia para que todo lo analizado y lo entrenado hasta la saciedad en los entrenamientos se quede en nada, pero la realidad fue que en el Fernando Argüelles, cuando el Antequera más rápido jugaba en ataque, más presionaba en defensa y más espacios veía en el 6:0 segoviano, más se estrellaba una y otra vez ante el portero del Viveros Herol. Por el centro, por las alas, desde los siete metros… Yeray se puso en ‘modo pared’, desesperando al conjunto local, y contribuyendo a que, a tres minutos para el final, Nava atacara para mantener los dos goles de renta.
Sin embargo, la exclusión de Adrián Rosales le dio toda la vida al Antequera, que se aprestó a defender como si le fuera la vida en ello ante un ataque segoviano que se antojaba como decisivo. Con la amenaza de pasivo latente, D’Antino se elevó desde el extremo para colocar el 18-20 a 50 segundos del final. Volvió el cuadro andaluz a situarse con un solo gol de desventaja con 45 segundos por jugar, y aunque el ataque segoviano dejó una opción ofensiva a los locales para empatar, hubo un error en la entrega, y el balón le cayó en las manos a Carlos Villagrán, que sentenció la importante victoria navera en una cancha muy exigente.
