Desde “la jornada en favor de los pobres” del domingo pasado se ve que los ajetreos de la actualidad política dificultan afrontar la realidad social con luces largas y está llegando el momento de poner el foco en la política social sobre cuidado de los mayores, atención a la infancia, promoción de la vivienda, etc. Si las investigaciones del informe FOESSA 2025 muestran que durante los últimos años no se han reducido las desigualdades sino que han aumentado, el reciente estudio sobre la pobreza infantil que acaba de publicar el servicio de estudios de las Cajas de Ahorro (FUNCAS) señala que el incremento de esta pobreza ‘no es únicamente una anomalía social sino un fallo moral y político’.
Ambos estudios nos advierten que los problemas de exclusión y pobreza ya no son coyunturales, están siendo estructurales (estructuras gubernativas), lo que exige repensar en profundidad el conjunto de la política social y no sólo las rentas o prestaciones de los servicios sociales.
En este sentido, la lectura de la ponencia política que el PP presentó el verano pasado carece de racionalidad por su desconocimiento de la política social humanista desde el plano liberal en el que se sitúa. Con el enunciado ‘cuidar a quienes nos cuidaron’, titulaban uno de sus ejes centrales de su ‘política social’. El documento consta de cuatro ejes políticos: institucional, social, económico e internacional. La parte social es un discurso flojo sobre la igualdad de oportunidades y aterriza en los cuidados.
Se limita a dos párrafos focalizados en el cuidado de los mayores, en el primero hacen una rápida referencia al tema de la soledad. En el segundo recuerda que necesitamos la experiencia de los mayores. Siguen el mismo proyecto que el partido del gobierno a nivel nacional (PSOE).
Los redactores de estos informes sabrán mucho de diseño institucional, política económica o internacional, pero de política social son gentes para al examen de septiembre porque en junio estarían suspensas. ¿No hay nadie donde gobiernan que pueda proponer algo nuevo y sin complejos? ¡Cómo es posible tanto desconocimiento de situaciones como la soledad de los mayores o el sentido de la pobreza que tan claro lo dejó el segoviano Domingo de Soto¡
Cualquier analista o simpatizante se avergonzaría de la pobreza de propuestas con la que se han redactado estos párrafos y el desconocimiento de la política social europea. Así, es probable que se llegue a una victoria electoral pero no se conseguirá convencer a técnicos, cuadros y expertos en política social.
Por si les sirve, van tres ideas sencillas. (a) La centralidad de los cuidados no debe describir solo la relación con los mayores y las políticas de envejecimiento activo o saludable. Se necesita un modelo relacional e intergeneracional entre mayores, jóvenes, familias, etc, donde las administraciones protejan y garanticen, no gestionen o impongan el sentido del cuidado integral.
(b) Los cuidados vertebran una política social que integra lo sanitario y lo educativo, que no fragmente administrativamente la protección, la intervención o el reconocimiento de los derechos de los ciudadanos en situación de pobreza.
(c) La digitalización está agravando las incapacidades y acentúa la despersonalización, amparándose en la burocracia y protocolos administrativos, sin contar con la corresponsabilidad y la solidaridad ciudadana.
Nuestro modelo de política social debe tener un nombre muy claro: ‘estado social y democrático de derecho’. Nuestra constitución del 78 diseñó un estado social racional y humanista, pero los políticos que la aplican promueven un ‘estado de bienestar’ utilitarista. Si a esto, le añadimos el interés electoral de los partidos, la voracidad de unas administraciones que absorben los recursos para ellas mismas y la gerencia social que nos trata como súbditos engolosinados, tenemos la fórmula perfecta para un ‘estado electorero’.
Antes de que estos grandes partidos (PP y PSOE) propongan la motosierra como antídoto a estos fracasos consecutivos, convendría interpretar bien estos informes. Estos analistas técnicos exigen inversiones sociales sostenidas y preventivas. Muestran que hay correlación entre pobreza infantil, falta de vivienda, bajo nivel educativo de padres y hogar monoparental. Piden estabilidad residencial asequible y señalan que existe una penalización por la edad (edadismo),
La persistencia de la pobreza infantil ‘responde a factores estructurales como el modelo de inserción laboral de las familias, la escasa protección a la maternidad y el bajo gasto público en la infancia’.
