Diego Navarro ‘Pluma’ jugará el sábado su último partido en casa con el CD La Granja. En su decimosexta temporada en el primer equipo, el central que ha disputado más de 250 partidos de corto en El Hospital asume que este “no será uno más”. El capitán podría seguir un año más, pero debe pagar las deudas en tiempo a su familia y amigos. “Voy a acabar la temporada con 43 años y me siento un privilegiado. Todo el mundo sueña con jugar en Primera, pero yo me siento más que pagado”.
— ¿Cómo afronta su último partido en casa?
— Un poco nervioso. Lo principal es que ganemos; es lo único que pienso. Lo demás, se irá viendo. Vendrá gente, familia, y no va a ser un partido normal porque mis padres no suelen venir a ver el fútbol. Ver allí a la mujer y al chico será algo bonito, pero en mi pensamiento solo cabe la idea de ganar porque si no lo hacemos se nos complica muchísimo la cosa. Mi homenaje más grande es estar jugando en el campo y que el equipo se mantenga en Tercera. Ya habrá tiempo de despedirme.
— ¿Qué rutinas ha mantenido a lo largo de estos años?
— Suelo llegar bastante pronto al campo, media hora antes de la hora a la que hayamos quedado. Yo dejo la bolsa allí; suelo llevarme sales minerales y las coloco en un cajoncito que tengo. Después, suelo sentarme en el banquillo a ver el paisaje -toda la montaña- y visualizo el partido. Si ha llovido, como ya conozco mucho el campo y sé más o menos dónde se encharca, doy un pequeño paseo para ver cómo está y qué botas son necesarias. Visualizo lo que debo hacer y lo que no. Y estoy tranquilito hasta que van llegando los compañeros.
— ¿Se retira del fútbol o el fútbol le retira a usted?
— Yo creo que ninguna (ríe). No me voy a retirar, siempre voy a estar ligado al fútbol de alguna manera. Dejo de jugar en La Granja a un nivel más serio, pero quiero jugar con el Real Sitio en Provincial porque me apetece. Voy a jugar con muchos chavales a los que he entrenado. Yo soy un tío muy exigente y sé que jugando en Provincial voy a tener la misma exigencia que en Tercera, pero son dos días de entrenamientos, no tengo viajes largos ni tengo que salir de trabajar e ir en coche a jugar. Tomo la decisión de echarme a un lado. Físicamente me encuentro bien; estoy jugando buenos partidos y podría haber seguido, de momento, un año más.
— ¿Se puede conciliar el sacrificio que supone el fútbol a estos niveles con la paternidad?
— Influyen muchos factores. Primero, que tengas una mujer que te lo ‘permita’. Ella sabe que esto es mi vida y yo sé que es una jodienda dejar al chico solo -que a estas edades da mucha guerra- y estar todo un domingo sin verle. Yo trabajo dos mañanas, dos tardes y dos noches, incluidos fines de semana. Por ejemplo, el sábado trabajaba de tarde y lo he cambiado para ir de mañana. Voy a trabajar de 7:00 a 14:00, voy a comer y al partido. Hay días que no puedo ir a entrenar y salgo yo por la mañana; el otro día a Santa Marta fui en mi coche porque luego trabajaba de noche. El próximo partido contra La Bañeza me tocará hacer lo mismo porque yo salgo a las dos de la tarde. Llevo trabajando en la fábrica nueve o diez años y haciendo esto. A mí no me importa sacrificarme, pero hay muchas personas que te tienen que acompañar.
— Comparte vestuario con jugadores que podrían ser sus hijos.
— Barbu cumple el sábado 20 años y yo voy a cumplir 43 años el próximo 14 de junio; podría ser mi hijo, perfectamente. A mí me gusta ser un veterano en ciertas cosas, pero en otras no. Soy el más bromista de todos cuando hay que serlo, pero también intento poner cordura y ser el que echa el freno. El ambiente es bueno, este año se ha hecho muy buen equipo. Hay bromas de todo tipo: desde abuelo, veterano o que si me han puesto ya la vacuna por la edad. Físicamente saben que estoy bien, que me cuido. Muchos quieren que siga, pero es el momento de que asuman responsabilidades otros.
— ¿Hay marcha atrás?
— Creo que debo tomar esta decisión porque debo tiempo a mucha gente. Debo devolver tiempo a mi mujer y a mi hijo; a todos los amigos con los que no podía salir porque había partido cuando quedábamos. Pero vamos, que yo soy un enfermo de esto y seguiré siendo socio de La Granja e interesándome por lo que hacen otros clubes como la Segoviana o el Turégano. El año pasado ya tenía la decisión medio tomada, pero me llamó Ricar y para mí fue una alegría. Como entrenador me ha demostrado este año muchísimas cosas y creo que tiene un gran futuro. Espero que siga mucho tiempo en La Granja, pero mi decisión está tomada y no va a haber vuelta atrás.
— Ricar subraya que el equipo debe dar el 110% de intensidad para ser competitivo.
— La Granja es un equipo de pueblo y tenemos nuestras limitaciones. Nuestro debe siempre ha sido de cara a gol y este año estamos sufriendo eso. Cuando tu problema es el gol, tienes que estar muy atento en lo demás porque si te meten un gol vas a andar muy jodido. Salimos con esa mentalidad de ir a su campo y tener ocasiones. Esa mentalidad de Ricar nos beneficia porque tenemos gente muy intensa y podemos presionar todo el partido: físicamente estamos muy bien.
— ¿Un descenso podría en riesgo la viabilidad de La Granja?
— Lo hablaba con los otros capitales: Velasco y David. La Granja ha bajado unas cuantas veces; habrá gente que se irá, pero siempre ha salido. En Tercera tienes más opciones de traer jugadores y en Preferente igual tienes cuatro equipos de Segovia para repartir jugadores. Pero vamos, nuestra meta pasa por quedarnos en Tercera. Sería bueno para el pueblo y Segovia.
— Seguirá jugando con el Real Sitio, un proyecto del que es una piedra angular. ¿Cómo pueden convivir en el futuro dos proyectos así en el pueblo?
— Tarde o temprano, se tendrá que llegar a un acuerdo de colaboración, esté La Granja en Preferente o Tercera. Yo estoy metido en la directiva del Real Sitio y de momento no nos marcamos metas: vamos a ir paso a paso. Vamos a jugar en Primera Provincial y veremos para lo que da la temporada. La mentalidad del Real Sitio es tener a toda la gente posible de La Granja y recuperar a todos esos niños que se han ido por los años sin categorías inferiores. Si algún año las cosas se hablan y se llega a un acuerdo de filialidad, La Granja tendrá ahí un filial, con chavales para jugar en Tercera. No queda otra que llegar a un acuerdo: no sé si será pronto o tarde, pero es el futuro.
