Objetivo cumplido. Después de dos meses sin ver apenas fútbol en las botas de los jugadores azulgranas, salvo un par de destellos por aquí, y otro par por allá, después de perder la primera plaza y la segunda el mismo día, después de ver que la Arandina (desahuciada hace no demasiadas jornadas) se echaba encima en la clasificación, y que el Valladolid B comenzaba a hacer lo propio, la Gimnástica Segoviana logró ayer lo que debió haber conseguido hace dos semanas por lo menos, clasificarse para jugar la fase de ascenso a Segunda B.
Claro que para conseguirlo tuvo que doblegar a un Atlético Bembibre que en la tarde de ayer fue precisamente eso que marca su nombre, atlético, porque sus jugadores corrieron por el césped de La Albuera como si ellos también se estuvieran jugando la fase de ascenso. Lo de jugar al fútbol ya era otro cantar, porque lo que primó en el juego del conjunto berciano no fue precisamente el buen trato del balón, sino la defensa a ultranza y el contragolpe a ver si sonaba la flauta. Algo lógico teniendo en cuenta que desde hace dos meses la flauta le venía sonando a casi todos los rivales de la Segoviana por lo menos una vez.
Paco Maroto señalaba al final del partido que su equipo había hecho “tres, cuatro, o cinco” ocasiones de gol en la primera parte. Catalogar como ocasiones de gol los remates (?) de los locales sobre la meta de Javi es pasarse de optimista, pero teniendo en cuenta cómo se desarrolló el primer período, tampoco es de extrañar que dos cabezazos de Anel, el primero flojo a las manos de Javi, y el segundo desviado por muchos metros, más un intento de “churrivaselina” de Manu que también se marchó fuera, se cataloguen como ocasiones manifiestas para marcar. Porque no hubo más, ni en un lado, ni en el otro, donde lo más peligroso que hicieron los futbolistas del Bembibre fue estorbarse a la hora de rematar un buen envío desde la banda.
El avispado lector ya habrá deducido que el primer tiempo fue de los “marca de la casa”. Es decir, con la Segoviana teniendo la pelota volcada sobre la banda de Víctor Pérez, el único capaz de poner criterio al sinsentido del centro del campo gimnástico, y el Bembibre corriendo y corriendo buscando un balón dividido para lanzar la contra. Ocasiones para aplaudir hubo exactamente dos en el primer tiempo, el primer remate de Anel, y la salida del campo de David Durán, cuya lesión de rodilla tiene mala pinta de cara al play off.
El empate no valía absolutamente para nada a la Segoviana, pero el inicio del segundo tiempo fue prácticamente calcado al primero, salvo que ahora todo el ataque local se tiró a la banda derecha, en la que Ramsés comenzó a crecer asociándose con un Fran al que no se le quita la mala costumbre de pasar del (no al) compañero y buscar siempre la acción individual.
Afortunadamente, a falta de fútbol, los goles también pueden llegar a balón parado, y de esta manera llegó el 1-0, tras un saque de falta de Víctor Pérez que tras un rechace de la defensa llevó el balón cerca del radio de acción de Anel, que en posición difícil consiguió llevar el esférico lejos del alcance de Javi.
Con la ventaja en el marcador, al entrenador de la Segoviana le dio un repentino ataque de sensatez, y dio entrada a Roberto en lugar de un inoperante Manu. Con un centrocampista en el campo en lugar de centrales o interiores reconvertidos a mediapuntas, los locales tuvieron más fútbol en media hora que en los cinco partidos anteriores. En una contra azulgrana que terminó con el central visitante Cubero expulsado tras ver el árbitro su el tercer manotazo del partido a Mariano, Roberto trató de poner una falta a la escuadra, la barrera repelió el esférico, que le cayó a Víctor Pérez, y el lateral empalmó con violencia el balón, que acabó entrando ajustado al palo de la portería del Bembibre.
El partido que quedaba de esta manera casi resuelto. El “casi” lo puso el cuadro visitante con un centro desde la banda que terminó sacando Pablo Morales tras un forcejeo con dos jugadores rivales, y poco después David Álvarez con un lanzamiento de falta que repelió el palo. Ese fue el canto del cisne de un Bembibre que siguió corriendo con diez jugadores como si le fuera la vida en ello, pero que finalmente tuvo que arrojar la toalla, porque con un hombre menos, y con la Segoviana tocando con tranquilidad, no tenía demasiadas opciones de hacerse con la pelota.
Así que la Segoviana ya ha cumplido con su primer objetivo, por lo que ahora, liberado de la presión de clasificarse para el play off, es de esperar que el equipo pueda elevar su nivel de juego, porque tal y como está la plantilla en lo que a fútbol se refiere, o se mejora, o lo del ascenso será una quimera.
PACO MAROTO: «Los que mejor están son los que juegan»
“La responsabilidad de meternos en play off era grande, y quizá nos estaba empezando a pesar un poco. A los jugadores les hemos dicho que estábamos demasiado obsesionados con ganar el partido que nos faltaba para meternos en play off, y que el paso más corto para ganar suele ser jugando bien al fútbol. Quizá han pesado las piernas por la responsabilidad, pero considero que el equipo en líneas generales ha hecho un partido bastante sólido, sin recibir apenas ocasiones de gol, si bien es verdad que en la primera parte hemos estado un poco espesos”.
“El hecho de jugar sin delantero centro definido es, simplemente, una manera de jugar que puede gustar o no, pero es la nuestra, lo que no quiere decir que lo vayamos a hacer siempre. Ahora mismo los que mejor están son los que juegan, y queramos o no, los máximos goleadores del equipo estaban hoy en el campo. Puede ser que nos haya faltado algo más de profundidad por banda en la primera mitad, pero creo que en el primer tiempo hemos creado tres, cuatro o cinco ocasiones para marcar en las que nos ha faltado definir”.
